El Hospital Universitario de Canarias (HUC) fomenta la práctica del contacto "piel con piel" entre la madre y su bebé en los partos por cesárea, cuando tras la cirugía se coloca al recién nacido sobre la mujer y se mantienen juntos durante, al menos, los primeros treinta minutos de vida.

Posteriormente, cuando la madre debe ir a Recuperación de Quirófano, es el padre el que puede realizar el "piel con piel"con el recién nacido, indica en un comunicado el HUC, adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.

Esta práctica conlleva una gran variedad de beneficios para el bebé como son la regulación de la temperatura y del equilibro metabólico, facilita la lactancia y mejora vínculo madre-hijo, añade.

"Hacer el piel con piel te hace sentir que el bebé está ya contigo, su calor, su olor, darle sus primeros besos y caricias. Es maravilloso. Poder hacerlo en un parto por cesárea te da la posibilidad de no vivirlo de manera tan diferente a uno natural, te da mucha fuerza", dice Naira tras el nacimiento de su hijo Mayer en el Paritorio del HUC, que incorporó esta técnica en los partos por cesárea hace dos años.

Se realiza siempre que la situación clínica lo permita y se mejora así la atención neonatal en los partos por cesárea.

La técnica "piel con piel" se instauró en el HUC hace más de quince años para los partos vaginales siguiendo las recomendaciones de la Estrategia de Atención al Parto Normal del Sistema Nacional de Salud, y se realiza actualmente en más del 80 por ciento de los 2.700 partos anuales que acoge el centro hospitalario.

El contacto "piel con piel" es una práctica sencilla que, según numerosos estudios, conlleva una gran variedad de beneficios para el bebé como son la regulación de la temperatura y del equilibro metabólico, facilitar la lactancia y mejorar el vínculo entre madre e hijo.

Asimismo, el hecho de comenzar el contacto de forma inmediata conlleva beneficios también para la madre, ya que reduce el riesgo de sangrado y le ofrece mayor seguridad ante esta nueva experiencia.

Tras la cirugía y la valoración del estado del bebé y la madre, se coloca al niño sobre la madre respetando el campo quirúrgico.

Es ella la que abraza al recién nacido para mantener el calor y mantienen contacto durante al menos los primeros treinta minutos de vida.

Para poder llevar a cabo esta práctica en el HUC, el protocolo elaborado establece, entre otros, que tanto el niño como la madre deben estar bien, no haber habido ninguna complicación y tienen que estar con personal sanitario aplicando el piel con piel y atendiendo las dudas.

El objetivo de los profesionales del Paritorio del HUC al llevar a cabo esta iniciativa ha sido mejorar la atención neonatal en los nacimientos por cesárea.