La lista de espera sanitaria es una de esas cosas que parece que tiene difícil solución. Esta semana se dieron a conocer las últimas cifras de lista de espera, correspondientes a diciembre de 2015, que reflejaban un aumento del casi el 18% en los pacientes que esperan más de seis meses por una operación. Pero si se amplía la fotografía y se toman los datos de los últimos diez años, la imagen es aún más desalentadora.
El total de personas que están esperando para operarse ha subido un 23,42%, al pasar de los 23.887 de diciembre de 2005 a los 31.193 contabilizados en 2015. Además, la cifra de los que llevan esperando más de seis meses por una operación se ha disparado al pasar de 7.242 en 2005 a los 11.160 de 2015, un 35,1%.
Por último, los pacientes cuya espera es inferior a seis meses han aumentado un 16,9% en los últimos diez años (de 16.645 a 20.033).
El consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, Jesús Morera, explica que una “parte importante” del aumento de lista de espera quirúrgica “son pacientes que antes no se incluían”. Morera detalla a este periódico que existe también una lista de espera “de cirugía menor o general” de los Centros de Atención Especializada (CAE) que antes no se contabilizaban en la lista de espera estructural.
La contabilización de la lista de espera sanitaria se realiza por criterios homogéneos en todo el territorio español. Dichos criterios están recogidos en el Real Decreto 605/2003 de homogeneización de listas de espera.
Si a un paciente, por ejemplo, se le ofrece operarse en una clínica concertada y lo rechaza, sale de la lista de espera estructural. Si otro que espera por una operación le surge otro problema de salud que obliga a posponer la enfermedad, sale de la lista de espera estructural.
Morera explica que la lista de espera no estructural es “aproximadamente entre un 12 y un 15% mayor”.
Para atajar el problema de los que esperan por una intervención, el consejero explica que su intención es que “el rendimiento de los centros sanitarios mejore”. “Los hospitales ya están trabajando por la tarde a un rendimiento escaso y entendemos que puede ir a más”, dice. Reconoce que para aumentar ese rendimiento “hace falta dinero porque hay que generar programas especiales o contratar trabajadores”.
Sin embargo, el presupuesto de Sanidad para este año no cuenta con una dotación extraordinaria o significativa como para hacer frente a un desembolso de este tipo.
Por ello, Sanidad ha planteado a la dirección de los hospitales “el deslizamiento de turnos” consistente en que “los profesionales en vez de trabajar por la mañana trabajen por la tarde”. La compensación a este deslizamiento no será monetaria sino “en tiempo libre”, especifica el consejero de Sanidad.
“La tercera línea de trabajo es la actividad concertada”, detalla. Morera deja claro que no es la prioridad, pero reconoce que “probablemente sea necesario seguir concertando actividad quirúrgica”. No obstante, matiza, ya se han dado instrucciones para que solo se derive “pacientes más complejos y de mayor duración en la lista de espera”. Todo para que esa lista deje de parecer eterna.