Afronta su nuevo cargo en la dirección de la Cámara de Comercio de la provincia tinerfeña con las ideas claras, pero también con prudencia sobre lo que no conoce. Lola García advierte de que la situación política nacional perjudica los signos de recuperación y aconseja en Canarias que, ante la economía sumergida, se apueste más por incentivar para que aflore a que simplemente se fiscalice y multe.

¿Ha sido un traspaso normal?

Sí, llevo muchos años aquí, conocía gran parte de los servicios y, poco a poco, me introduzco en materias que desconocía más, pero, en general, ha sido un traspaso cómodo pues no vengo de nueva.

¿Qué ha supuesto el paso por este puesto de Vicente Dorta?

Ha hecho una importante labor, y eso que ha sufrido la pérdida del recurso cameral permanente, con lo que cambia por completo la financiación de las cámaras: la etapa ha sido muy dura. Hay que seguir poniendo en valor a la institución y darle viabilidad económica.

¿Qué retos y cambios se marca?

Seguir trabajando la viabilidad económica porque, a pesar de los cambios, llevamos 4 años muy duros, con recortes presupuestarios muy drásticos que han supuesto un replanteamiento de servicios.

¿La situación les ha desequilibrado los balances anuales?

Ha habido desequilibrios que se intentan corregir a través de colaboraciones con las administraciones para seguir dando servicios a las empresas, ampliándolos en lo posible y aumentando también, de manera progresiva, la financiación privada, cobrando por contrapartidas. ¿Qué sucede? Que cuando se produjo el recurso cameral vivíamos una recesión galopante y era muy complicado, con una destrucción tan grande del tejido productivo, comenzar a ofrecer servicios y cobrar porque la realidad de las empresas era la que era y trataban de salvarse, aparte de que no estaban acostumbradas a pagar a la institución.

¿Y se han concienciado desde entonces o les está costando?

Debemos demostrar que son servicios de calidad, que damos un contravalor. Sucede en áreas muy específicas, como la de formación, a través de cursos cobrados.

Pero, a día de hoy, ¿la balanza está equilibrada o no?

Por ahora, aún sale negativa.

¿Confía cambiarlo en 1, 2 años...?

No queda otra y ya trabajamos para que el presupuesto de 2016 sea equilibrado y que, a medio plazo, se generen beneficios que reviertan en el funcionamiento.

La segunda recesión, ¿la hemos superado? ¿Qué piensa cuando escucha que ya no hay crisis?

Hemos vivido una larga crisis, con dos recesiones muy importantes, y llevamos ya dos ejercicios de crecimiento. Lo vemos en muchos indicadores, y no solo macroeconómicos, sino micros, como el volumen de empresas, aumento de la competencia, precios que evolucionan positivamente... Hay una inercia positiva en la economía y el empleo.

Pero, ¿se puede decir que se ha superado la crisis o aún no?

Se superó la recesión, pero no se puede hablar de superar la crisis; sigue habiendo muchos desequilibrios económicos a corregir.

¿Básicamente...?

Desequilibrios que se han acentuado por la pérdida de tejido productivo y que hay que recuperar. Y, dentro de esas empresas perdidas, atender a su dimensión. Aquí, al tratarse de una economía de muchas microempresas, hay que volver a redimensionarlas.

¿Tienen control y registros de las empresas que asesoran?

No, atendemos a emprendedores y a empresas de cualquier sector. No actuamos como una asociación, con cuotas. Antes sí. Ahora intentamos sumarlas con cuotas anuales, pero con contraprestaciones para fidelizarlas.

¿Le preocupa el impasse político para la recuperación?

Sí, y el indicador de confianza empresarial ya lo reflejó, pese a que el resultado del último cuatrimestre de 2015 fue muy positivo. Se percibe el temor al entrar el factor subjetivo. Se nota que esta parálisis o incertidumbre política puede perjudicar a la economía e inversiones. Por suerte, hay un gobierno en funciones que aprobó un presupuesto, pero muchas decisiones no se pueden adoptar, como el REF. Esto afecta a cómo quedarán ciertos marcos normativos o regulaciones del tejido productivo y la actividad. Se paraliza la toma de decisiones y se frena la inversión y contratación.

¿Qué cree mejor: nuevas elecciones, salvo que se dé un escenario similar, o un acuerdo como ese pacto de PSOE y C''s?

Lo importante es que haya un acuerdo y no demorar más esto...

Pero, ¿sirve cualquier acuerdo?

No. Lo que pasa es que nos movemos en un escenario totalmente distinto del que veníamos y hay que ser responsables, tomar decisiones y hacer sacrificios. Probablemente, lo ideal y más beneficioso es que se llegue un consenso en el que haya participación de las partes que puedan llegar al pacto...

Claro, pero esa es la clave: ¿prefiere una gran coalición?

Lo que veo con buenos ojos es que haya un gobierno estable y que tengamos unas referencias válidas de dónde desenvolvernos.

¿Qué le parece el acuerdo PSOE-C''s en su parte económica? Se baja la cuota del autónomo a 45 euros.

Hay medidas muy dirigidas al autónomo, aunque habría que ver su desarrollo. En principio, nos gusta la música porque el colectivo de autónomos es mayoritario en el tejido canario, más del 50%. En la medida en que seamos capaces de potenciarlos y a las pymes, mejoraremos la actividad.

Si con nuevas elecciones tampoco se clarifica esto, como dicen las encuestas, ¿ve un gobierno estable con tesis opuestas como las de C''s y Podemos y con el PP diciendo que el pacto Sánchez-Rivera enmienda toda su gestión?

Es un escenario complicado y de inestabilidad, pero debe haber altura de miras, llegar a un programa de consenso y dejar de lado personalismos, que es lo que hemos visto hasta ahora. Hay que trabajar en una apuesta en común por el beneficio nacional.

Pese a todo, ¿cómo están las Islas económica y empresarialmente?

Están bastante bien.

Siempre se dice que entramos y salimos antes de las crisis...

Bueno, habría que analizar eso un poco. Es un dicho...

Hay demasiado tópico...

Sí, suele haberlos en la información económica y hay que ir al detalle. Hablamos de un escenario de recuperación. Afortunadamente, tenemos una actividad turística que debemos poner en valor y que arrastra al conjunto. El año pasado, crecimos un 3,5%, cuando el Estado lo hizo un 3,2. Son datos importantes, pero aún hay desequilibrios, como la dimensión de la empresa y la diversificación.

Lo de diversificar se oye de siempre: ¿se cree al Gobierno, por ejemplo, al hacer depender el reparto del Igte según se contribuya a cambiar el modelo productivo?

Creo que hay una apuesta decidida por diversificar y tenemos el planteamiento claro de una economía de industria, construcción y servicios, pero debemos saber que somos básicamente servicios y que es clave la actividad turística por su arrastre en el comercio, la restauración, transportes... Pero dentro de los servicios hay muchas subeconomías y el fallo está en que no las analizamos con detalle. Crece la economía digital, la de comunicación y publicidad... Necesitamos segmentar más y hacer crecer servicios personales, a la empresa...

Por tanto, y más que diversificar, ¿no es mejor decir potenciar?

Sí, se habla de diversificar porque no todo debe ser turismo, pero siempre será el sector servicios. Pasa mucho cuando baja este sector y sube el paro, algo que trasladamos al turismo, cuando es solo una parte: en servicios está la actividad sanitaria, educativa, servicios personales... Y aquí hay una línea de desarrollo importante simplemente por una cuestión demográfica. Nos tendremos que enfrentar a un envejecimiento y darle respuesta.

¿Y dónde ve más potencial para ahondar por nuestra formación?

En servicios, nuevas tecnologías...

¿Y la energía limpia?

Sí, pero ya en industria, donde tenemos un potencial importante en eso y en tratamiento de residuos.

¿Y por qué estamos tan atrasados? Navarra, con su clima, tiene un 70% de energía alternativa; aquí, el 6, aunque se quiere llegar al 30% en 4 años. ¿Voluntad política?

Puede ser por eso y también por la cuestión burocrática y de permisos, un gran reto a afrontar y que se hace con la ley del suelo.

Volviendo al turismo, ¿se es injusto al criticársele que crezca como lo hace y no haya proporción en su empleo ni en su calidad?

Sí, pues no ha parado de crear empleo en toda la crisis.

¿Y su calidad?

Habrá casos puntuales, pero es uno de los sectores y con uno de los convenios más regulados.

Pues hay debates parlamentarios impulsados por el propio gobierno y otros grupos sobre esto, sobre las camareras de piso...

Son cosas concretas que habrá que abordar en detalle, pero no se puede generalizar, no es ético ni responsable, pues se hace un flaco favor al sector y a la economía canaria. El turismo hay que ponerlo en valor, está aportando mucho. Además, hostelería no es solo alojamiento; el turismo es mucho más: bares, cafeterías, restaurantes... Y este sector depende de la demanda externa y la interna. En esta crisis, ha bajado el empleo en el sector de la hostelería, pero no arrastrado por los alojamientos, sino por lo demás...

Es cierto que Ashotel dice que las pernoctaciones decrecen y que la clave está en el gasto...

Sí, pero el gasto está subiendo, aunque también hay que tener en cuenta que no todas las islas crecen igual y que, dentro de cada una, hay diferencias entre zonas.

¿El empresariado canario estuvo ciego con el turismo y de ahí que gran parte del capital se va fuera?

Es verdad que hay una importante inversión externa, quizás por miedo a tomar decisiones. Hubo la opción de entrar más, pero, en vez de mirar atrás, hay que hacerlo hacia adelante para apostar por este sector, pues compite en una economía global y, aunque le vaya muy bien, tiene muchos retos. Debemos ser un destino constantemente competitivo y esto supone inversión, formación y diversificación de la oferta. Hasta no hace mucho, vivíamos del turismo de sol y playa, pero ahora hay nuevos formatos...

Bueno, el sol y playa sigue siendo el 84% por demanda...

Pero hay opciones de diversificar y de sinergias con otros sectores.

El PP quiere eliminar las directrices turísticas de la ley del suelo, ¿está de acuerdo? Se ha levantado la moratoria y la restricción a hoteles menores de 5 estrellas...

Lo estamos analizando.

¿Les suena bien la ley del suelo?

Sí, en la medida que supone unificar la normativa de ordenación en un único documento, sobre el que habrá que seguir trabajando. Es verdad que uno de los principales hándicaps que frena la inversión es la gran maraña burocrática de las autorizaciones entre unas y otras administraciones, que demoran mucho los proyectos...

¿Tiene cuantificadas las inversiones perdidas y que han ido a otro lado?

No, pero es una realidad. Esto no quiere decir que no se cumplan las normas, sino buscar fórmulas mucho más ágiles para recortar los tiempos de un expediente: es una de las reformas estructurales que debe impulsar este gobierno para incentivar la inversión y que la administración no sea un freno.

¿Y no se corre el riesgo de que, con mayor potestad en ayuntamientos, haya desequilibrios y posibles burbujas? Algunos municipios están desclasificando suelo ahora...

Creo que debe haber un control por encima que supervise...

También se podría decir que eso es volver a lo mismo: ¿dónde pondría el peso decisorio: consistorios, cabildos, gobierno...?

Preferimos estudiar a fondo el texto, pero valoro que se hable de esto. Cómo quede habrá que verlo, pero ha de ser lo más ágil posible en lo administrativo siempre y cuando se salvaguarde la conservación del territorio, que es un bien escaso y, junto con el agua, nuestro principal valor por ser islas fragmentadas. Debe haber controles.

¿Cómo ven el debate sobre las viviendas vacacionales?

Son dos realidades que están ahí y que hay que abordar teniendo en cuenta los intereses de las dos partes porque son defendibles; debemos demostrar que somos una sociedad madura capaz de abordarlo y no perjudicar a nadie. Las asociaciones de hoteleros tienen razón porque hay requerimientos e impuestos y se genera competencia desleal en ciertos territorios. A lo mejor, hay que acotarlo por zonas o llegar a pactos, pero ese alquiler es una oferta que existe en el mundo y habrá que aflorarla, al interesar que todos estén legalmente y no haya economía sumergida.

Clavijo la cifra en un 31% de la economía y en 13.000 millones de fraude anuales: ¿lo comparten?

Estamos de acuerdo en que hay economía sumergida, aunque no la tenemos cifrada. Pero solo con un paro del 27%, esto no casa...

Habría una revuelta social...

Exacto.

¿Es algo estructural, cultural...?

Sí, pero hay que reconducirlo. Más que con inspección y sanciones, hay que tratar de aflorar esa economía porque compense. Ahora ha cambiado, pero, por ejemplo, con el pago del autónomo dijimos durante años que debían hacerse si se ingresa o no, pues muchos tienen ingresos inciertos o surgen cosas en determinados momentos.

¿Y no ha fallado la parte fiscalizadora: no faltan inspectores...?

Sí, pero es mejor que aflore.

"REF y Estatuto han de estar en la Constitución"

Pese a la situación nacional y el reciente acuerdo sobre el REF, García cree que se debe "obligar a que entre en la Constitución y modificar el Estatuto Permanente para no estar sujetos al vaivén de los partidos. Se debe anclar porque el REF es una compensación a nuestra lejanía e insularidad, condicionantes para siempre. Además, ya está reconocido por el Tratado europeo". Sobre la ZEC y sus resultados, cree que han mejorado "muchísimo, sobre todo en la atracción de inversiones y en la capacidad de diversificar la economía". ¿Es un paraíso fiscal? "No, es un mecanismo de atracción de inversión con condiciones más favorables, pero como el REF. Ha habido cambios sustanciales en la parte fiscal que permitirán potenciar la ZEC por sus hándicaps de localización en ciertos espacios". Respecto al sector primario, dice que, pese a su menor tamaño, hay que potenciarlo por sí mismo y como "sostenedor de paisaje, lo que es muy importante". ¿De ahí que deba estar subvencionado? "Muchos reciben ayuda pues, si no, podrían desaparecer, pero hay que modernizar el sector buscando sinergias con el industrial y turístico. Y es que sigue habiendo muchos problemas por la gran competencia de la importación, no por el REA, y por la dimensión de nuestra agricultura".

La formación en Canarias y servicios de la Cámara

Lamenta que muchos canarios no tengan la formación adecuada, lo que, a su juicio, se refleja en el paro y en las dificultades para reincorporarlos al mercado laboral. Por supuesto, lo relaciona con el peso de la construcción en el pasado, aunque también valora que haya obligado a un esfuerzo por la reconversión formativa y que muchos universitarios apuesten por ser emprendedores, algo que antes no se daba y que mejorará el tejido productivo. En su opinión, se debe trabajar en la formación continua de los empleados y parados, por ejemplo con las nuevas tecnologías, aparte de ligarse más la formación reglada a la realidad empresarial "porque el empresariado busca otras habilidades en tecnologías, idiomas, técnicas de negociación, trabajo en equipos...". En este sentido, subraya algunos de los servicios de la Cámara, muchos de ellos en colaboración con las administraciones, como la formación y empleo, con especialización a través de la escuela de negocios para, por ejemplo, cargos de alta dirección o mayor responsabilidad. También con parados de menos de 30 años, algo iniciado con el Estado y que ahora se pretende repetir con los ayuntamientos, aparte del área de internacionalización, la de innovación y nuevas tecnologías, y la de emprendimiento.