El Ayuntamiento de Vallehermoso anuncia que esta semana abrirá el Centro de Interpretación de Las Loceras, en la plaza de El Cercado, de forma estable. El espacio cuenta con una exposición de paneles y piezas que hacen un recorrido sobre la historia de la alfarería tradicional gomera.

Para Emiliano Coello, alcalde del municipio, abrir este centro de forma regular traerá a El Cercado un importante revulsivo económico y del que se beneficiarán las artesanas, ya que "se atiende a las peticiones que nos han hecho llegar visitantes y guías para ofrecer un espacio que mostrará lo mejor de la artesanía insular y servirá de estímulo para su adquisición".

Aseguró que "con este proyecto se pretende dinamizar la artesanía como un estimulo más de la promoción turística del municipio".

Asimismo, este centro, cuya inauguración se produjo en el año 2009, también servirá de punto de información turística de la zona, contando con personal formado para ello.

Además, el consistorio anunció que en breve se adjudicará el proyecto de agroecología que pretende incidir en la promoción, el desarrollo, la información y la emprendiduría en el ámbito de la agricultura ecológica.

El mismo implica la contratación de técnicos especialistas y del asesoramiento oportuno para su desarrollo, quienes tendrán como objetivo poner en valor el desarrollo sostenible en el municipio.

El Cercado está considerado como el más importante foco alfarero precolombino de la Isla. Guerrero Martín, en su visita a Chipude a finales de la década de 1980, censó quince loceras: Guadalupe Niebla Chinea, Rufina González Niebla, Marcela Ramos Negrín, Vicenta Barrera Vera, Guadalupe Barrera Barrera, Isabel González Torres, Paula Navarro Navarro, Guadalupe González Chinea, María y Eleuteria Negrín Barrera, Candelaria, Carmen y Delia Niebla Negrín, y Carmen Rosa Negrín Barrera. Su trabajo, análogo al de otras islas, repite endemismos comunes a todo el Archipiélago canario, como que al barro se le llame masapé y los utensilios sean escasos: una piedra de callao (callados de mar) y un trozo de latón del arco de un barril. El secado, dadas las especiales condiciones de humedad de este barrio gomero, es diferente, pues antes de meter las piezas en el horno se ahuman en la cocina de la casa-taller durante varios días.

La pieza más típica de El Cercado es el carabucho o carabuco, recipiente usado para ordeñar cabras, similar al tofio majorero, pero con dos asas.

Las alfareras de El Cercado son las que elaboraban tiestos, tallos y vasijas, piezas destinadas a recoger la leche del ordeño, cuajar la leche o incluso amasar el gofio.

La importancia de la alfarería de El Cercado es que son piezas únicas elaboradas minuciosamente a mano, sin ayuda de moldes o torno, lo que confiere a la pieza un sello diferenciador y auténtico, ya que de los fondos planos pequeños parten las formas circulares u ovoides de la estructura.