La Asociación Abeque alerta del "peligro" que suponen las cabras asilvestradas en todas las lslas. Juan Carlos Rando, biólogo y secretario de la citada asociación, subraya que Teno y Anaga, por su elevado número de endemismos vegetales, deberían ser objeto de una especial conservación.

Rando, que realizó un informe sobre la situación del ganado asilvestrado en la Red Natura 2000 en Canarias en 2014, recuerda que Teno y Anaga están a la cabeza de "las áreas excepciones para la conservación de la flora", según el Libro Rojo de la Flora Amenazada en España. "Son lugares que atesoran una enorme cantidad de endemismos sensibles a muchas amenazas, entre ellas los herbívoros", explica.

No obstante, Rando hace hincapié en que "el ganado tradicional es una actividad compatible con la conservación" del medio ambiente, pero que no ocurre lo mismo con las cabras asilvestradas. Estas "reclaman una solución urgente, pero no solo en Gran Canaria y La Gomera, sino en todas las islas incluyendo Tenerife".

En archipiélagos oceánicos como Canarias, "la vegetación endémica es muy abundante, pero no ha evolucionado con herbívoros, al contrario de lo que ocurre en el continente, no tienen defensas contra esos herbívoros", detalla el biólogo.

Pero la peligrosidad de las cabras asilvestradas va más allá de las especies vegetales endémicas. Las cabras son "una amenaza para los lagartos gigantes de Canarias por su competencia por los recursos tróficos", señala el estudio realizado por Rando en 2014.

De hecho, en algunas investigaciones se recomienda incluso "el vallado del Roque del Andén (Teno Alto) por su excepcional valor para la conservación" puesto que se "durante los últimos años se ha constatado un aumento de cabras asilvestradas en el Parque Rural de Teno".

Estas, además, "suponen un riesgo para los numerosos excursionistas que frecuentan los senderos localizados en los fondos de los barrancos de este sector del Parque a causa de los posibles desprendimientos que puedan producir en sus desplazamientos".

En Los Carrizales (Macizo de Teno), detalla el estudio del biólogo, "un vecino de esta zona ha cifrado recientemente en unos 40-50 cabras (machos, hembras, baifos) presentes en la zona".

Además, esto es motivo de queja de los ganaderos puesto que "los machos cimarrones cubren a las hembras de los rebaños de forma no programada, por lo que las cabras dejan de producir leche a causa del embarazo con la consiguiente pérdida en la producción de queso", añade citando otro estudio.

El biólogo subraya que hay información técnica más que suficiente para "ponerse a trabajar" y "tratar de buscar soluciones". Recuerda que las cabras asilvestradas están el catálogo de especies invasoras y que los navegantes medievales dejaban cabras y conejos en islas o islotes porque sabían que cuando volvían a pasar por esos lugares podían aprovisionarse de carne en sus largas travesías. Animales depredados ayer que hoy se han convertido en depredadores de la flora endémica canaria.

La "cabra Judas" y otras formas de control

Las cabras han sido erradicadas en más de 120 islas que oscilan entre una y 132.867 hectáreas, según recoge Rando en su estudio. La erradicación se ha hecho mediante caza y la técnica denominada "cabra Judas", que consiste en liberar ejemplares equipados con radiotransmisores para que, tras agruparse con otros ejemplares salvajes, pueda ser localizada y abatir a sus acompañantes. Además, en las islas grandes con abundante presencia humana, se han instalado "vallados para proteger zonas sensibles a la acción de las cabras". En áreas donde no es viable su erradicación, detalla, es común realizar controles temporales con diversas técnicas como la caza o la "cabra Judas" para impedir que alcancen grandes densidades.