Lágrimas de emoción y satisfacción. Víctimas y parlamentarios aplaudieron en pie la aprobación por unanimidad de la proposición no de ley para instar al Gobierno del Estado a investigar seriamente los casos de niños robados; crear, de una vez, una base de datos genéticos pública y una unidad policial especializada contra estas realidades. Como reconoció al final de la votación la presidenta de la Cámara, Carolina Darias, "actos como este hacen grande al Parlamento".

No era un día cualquiera para quienes no han conocido a sus padres biológicos, a sus hijos o hermanos. No ha sido ni es fácil la vida para quienes crecieron sin referentes firmes de vida o para quienes aún siguen preguntándose dónde están los seres queridos que un día les arrebataron. Tampoco para el abogado impulsor de la propuesta, Miguel Ángel Rodríguez Arias, experto en Derecho Penal Internacional.

Más de cien víctimas siguieron desde el palco o el salón de actos el desarrollo del debate del punto.

Los portavoces de todos los grupos fueron contundentes al demandar medidas serias para afrontar este problema social.

La portavoz del Grupo Mixto, Melody Mendoza, citó que miles de ciudadanos han visto burlados sus más esenciales derechos humanos y viven en la máxima inseguridad jurídica. Esther González, de Nueva Canarias, habló de la necesidad de buscar una respuesta y compromiso ante esta realidad, una vez que ni la ONU, ni Europa, ni el Gobierno español ni las autonomías han hecho nada eficaz por los afectados. El representante de Podemos, Paco Déniz, fue especialmente emotivo al denunciar que todas las víctimas son familias humildes o madres solteras. Estuvo duro al criticar que, durante el régimen franquista, las élites sociales, eclesiásticas o militares pudieron favorecer o beneficiarse del problema. Emilio Moreno, del PP, mostró el compromiso, solidaridad y apoyo de su formación ante "una de las páginas negras de nuestra historia reciente". Advirtió de que "no podemos caer en la demagogia barata" en este asunto. Gustavo Matos, por el PSOE, mencionó los casos reales de dos mujeres (una bailarina grancanaria y madre soltera que 44 años después sigue buscando a su hijo, así como el de la poetisa palmera Elsa López, a la que le arrebataron su hijo en una clínica). Matos pidió al papa Francisco que facilite la apertura de los archivos eclesiásticos para facilitar la localización de familiares, ya que este es uno de los principales obstáculos de los afectados que investigan. Midalia Machín, de CC, indicó que estos hechos "no pueden quedar impunes" y aclaró que muchas víctimas "no renunciaron a sus hijos, se los quitaron".

Una víctima, María Candelaria González "Yayi", dijo que, tras el acto de ayer, espera "un futuro con más luz" y que se "haga una limpia del pasado". Otro afectado, Juan Ramón García, creció sin padres ni hermanos. Aún hoy se siente inseguro en muchos aspectos para afrontar la vida. El presidente de Sin Identidad en Tenerife, Raúl Rodríguez Carrillo, afirmó que, "desde el silencio, hay expectativas". Pero aclara que "estaremos trabajando, día a día, hasta que se tipifique el delito y nuestra lucha llegue al Parlamento del Estado".

Candelaria González "Yayi" víctima de los casos de niños robados

Juan Ramón González

víctima de los casos de niños robados

Raúl Rodríguez Carrillo

víctima y presidente del colectivo sin identidad