El Premio Canarias de Comunicación 2016, el periodista Pepe Naranjo, quien recibió ayer este galardón en el acto institucional por el Día de Canarias, ha instado a los canarios a superar el miedo y los prejuicios que nos rodean y elegir entre ser "valla o puente" de África.

El periodista freelance, que reside entre Senegal y Malí, desde donde colabora con El País, Cadena SER, Mundo Negro y La Provincia, ha recordado una vivencia que tuvo hace 13 días en Guinea Conakry con uno de los últimos casos de Ébola, -que ha costado la vida a más de 10.000 personas en los últimos dos años y medio-, una niña de ocho años llamada Tonhon Bolamoui, para referirse al miedo que persiste en ese país a esta enfermedad.

Un miedo legítimo, ha dicho, pero que "hunde sus raíces en el desconocimiento, los rumores y los prejuicios".

Aunque la niña no puede contagiar a nadie porque hace más de un mes que superó el Ébola, los adultos todavía temen acercarse a ella, a quien sí achuchan, besan y abrazan, sin embargo, sus compañeros de colegio por su vuelta a clase, ha contado Naranjo, quien ha intervenido en nombre de los galardonados con el Premio Canarias de Acciones Altruistas y Solidarias, la Asociación de Niños con cáncer Pequeño Valiente, y el Premio Canarias Internacional, concedido al doctor en Medicina y Cirugía Luis Mateo López.

En opinión del periodista grancanario, "nos vendría bien ser un poco" como los compañeros de Tonhon y superar como ellos "la arquitectura del temor que levanta muros a nuestro alrededor" y nos paraliza.

Naranjo ha estimado que lo que ocurre hoy en Europa, donde "los refugiados sirios o afganos que huyen de la guerra cargando con sus niños en brazos son recibidos a golpe de valla, policía y gases lacrimógenos, es tan vergonzoso e irracional que acabará por destruirnos a todos".

Sin embargo, ha recordado que no se trata de un fenómeo nuevo, que no es la primera vez que "Europa trata de esconderse de su propio fracaso", como sabe bien Canarias, que durante más de una década fue "la puerta trasera de entrada" al continente "para decenas de miles de jóvenes africanos", un período en el que algunos titulares de prensa hablaban de "invasión", los políticos "se tiraban las pateras a la cabeza" y se sucedían las manifestaciones xenófobas.

Pepe Naranjo ha afirmado en su discurso que "Canarias no es ni puede ser eso" y ha opinado que a los canarios "nos toca elegir" entre ser "valla" o "puente" para los vecinos del continente africano porque "viajamos en su mismo barco", ya que "en este mundo ya no hay compartimentos estancos".

El periodista también ha subrayado que Canarias no puede olvidar la lección de vida que han dejado los padres, abuelos y bisabuelos que se hicieron a la mar "porque no había para comer o porque se les perseguía por pensar diferente" hasta arrimar su bote en puertos de Argentina, Uruguay, Cuba o Venezuela.

"La grandeza de ese legado de esfuerzo y sacrificio nos hace exactamente iguales a los que hoy se hacinan en los campamentos de refugiados de Grecia o ayer se ahogaban bajo el alféizar de nuestras ventanas en las playas de Gran Canaria, Tenerife o Fuerteventura", ha aseverado.

El autor de los libros "Cayucos" y "Los invisibles de Kolda" se ha congratulado de que, aunque en estos días "el mito romántico de la Europa defensora de los derechos humanos se desmorona ante nuestros ojos", sigue habiendo gente que se esfuerza para que este mundo sea un hogar mejor para todos, como hace el médico Luis Mateo López en Mozambique, uno de los diez países más pobres, donde ha trabajado para que la formación sea "palanca de cambio", con resultados que empiezan a ser visibles.

López ha logrado que el proyecto que dirige, sin retribución económica, en ese país africano desde 2012 haya permitido licenciarse en este tiempo a 60 médicos mozambiqueños. La mayoría de ellos trabaja en la actualidad en la provincia de Tete, donde hay un médico por cada 50.000 habitantes y cuya esperanza media de vida es de 42 años.

"Con el mismo dinero con el que se hubiera enviado a tres médicos europeos a África durante cuatro años ha conseguido formar a 60 médicos locales. Ahí radica la diferencia", ha apostillado Naranjo.

También ha reconocido el periodista el "amor" y el "cobijo" que ofrece desde hace una década en Canarias la asociación Pequeño Valiente a niños enfermos de cáncer y a sus familias, con ayuda de voluntarios que acompañan a los pequeños en el hospital varias horas a la semana.

"¿No son el doctor Luis López Rivero y estos padres, madres y voluntarios una acertada muestra de que la semilla del trabajo bien hecho, el que puede cambiar el mundo, está plantada en todos nosotros y de que sólo tenemos que dejarla crecer", se ha preguntado el Premio Canarias de Comunicación 2016.

Naranjo también ha manifestado el "orgullo" que siente de haber trabajado codo con codo junto a grandes periodistas en Las Palmas, a quienes lleva "en la mochila" porque fueron su "verdadera escuela".

"De ellos aprendí a escuchar, la importancia de la proximidad, el respeto por la verdad y por los protagonistas de tus historias y cómo hilvanar una crónica o un reportaje", ha afirmado.

Por eso, ha expresado el dolor que le causa "ver cómo en este país los medios de comunicación están siendo privados de la mejor materia prima con que cuenta este oficio: los periodistas".

Pese a ello, ha advertido que "del circo tóxico de la manipulación sólo podrán rescatarnos quienes se arriesgan, quienes se la juegan, quienes tienen miedo cada día pero son capaces de vencerlo. En Las Palmas, en Tenerife, en Madrid o en la aldea más perdida del continente africano".