"Los españoles se olvidaron de que durante la Guerra Civil ellos también tuvieron que emigrar". "Este país no puede acoger solo a 18 refugiados y dejar que otros tengan que atender a miles". "Tenemos que resolver lo que ocurre dentro, hay mucha gente pasándolo mal y eso es urgente, pero no podemos actuar así con los que vienen de fuera". "Grecia va a colapsar". "¿Dónde está la solidaridad?". El azar decidió que los más de 4.ooo chicos que ayer empezaron la penúltima Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en La Laguna -durará hasta el viernes y queda aún la repesca de julio- tuvieran que reflexionar sobre el tema de los refugiados que vienen huyendo de Grecia. No hubo duda con la nota: suspenso a España en la gestión del drama de los refugiados.

A muchos no les cogió por sorpresa la temática del examen de Lengua: sospechaban que la guerra de Siria y sus consecuencias tendrían un hueco en selectividad, y así fue. Tuvieron que elegir entre un texto de Pedro García Cabrera y un artículo del periodista Javier Reverte, este último sobre todos los ciudadanos que han tenido que huir de Siria y otros países en guerra y han llegado a Europa en busca de asilo. Todos, independientemente de su elección, pensaron por un instante en el periplo que millones de familias han tenido que emprender para no morir en sus casas. De hecho, el poema del autor canario que tuvieron que analizar llevaba por título "Las islas en que vivo" y el encabezado previo recordaba que fue escrito también como respuesta a la falta de libertades y para mostrar cómo la solidaridad es la herramienta más digna ante situaciones dramáticas.

La alumna Cherin Chamseddino, de origen libanés, defendió el papel del país del que procede su familia, que ha acogido a más de un millón de personas a pesar del espacio y los recursos disponibles. En su texto explicó que no entendía que la historia no nos hubiera hecho más conscientes con el dolor ajeno. Diego Díaz Aguirre, en cambio, aprovechó la metáfora de las hormigas -cuando se unen logran no hundirse- para reivindicar la postura que, a su juicio, deberían tener España y Europa. Ante la amenaza de una inundación, estos insectos se encadenan unos a otros para crear balsas y así evitar lesiones o la muerte. Quizás si actuásemos así los libros contarían otra historia de estos años.

La mayoría de los chicos tenía claro qué estudiar el próximo curso. Enfermería, Ingeniería, Estudios Ingleses, Geografía... Cada uno enfrentó el día de ayer con la vista puesta en los próximos años. Inglés e Historia son las asignaturas más duras, decían con agobio antes de empezar. Algunos llevaron amuletos de la suerte. "Tengo un sobre de azúcar que me regaló mi profesora de autoescuela cuando me saqué el carné, hace un mes". Pero la amplia mayoría intentaba relajarse antes de entrar.

"¿Se permite ir al baño? ¿Me puedo llevar el examen?". Los profesores están acostumbrados a responder a las mismas preguntas todos los años. Son pacientes y comprensivos. Cada vez que entra un chico en el aula, la docente que los recibe dice: "Móviles apagados y mochilas y bolsos delante". Pero aun así muchos preguntaban si pueden utilizar el corrector. "Usar sí, abusar no". A pesar de las leyendas urbanas sobre el uso de sofisticadas técnicas para copiar, el vicerrector de Estudiantes, Alfonso García, insiste en que son un mito. Lo que sí tienen claro en la Universidad es que pensar sobre la realidad es una asignatura imprescindible para cualquiera que quiera estudiar una carrera.