Carmen Pitti reconoce que es una mujer ambiciosa para proponerse y obtener retos, tanto vitales como profesionales. Lo afirma verbalmente, pero también la avalan su trayectoria y los cargos que ha ostentado dentro de la Abogacía. Hace nueve años que el Ministerio de Justicia le concedió una relevante distinción por su labor. Y el viernes de la semana pasada pudo disfrutar de una entrega de esa medalla en las condiciones que ella siempre quiso, es decir, en un acto del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife. Carmen Pitti García nació en Granadilla y el trabajo de su padre como funcionario de la Administración de Justicia marcó el sendero para que ella y la mayoría de sus hermanos sean letrados.

Pitti manifiesta que la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort es el reconocimiento de una labor realizada durante muchísimos años. "Soy abogada y en 2017 cumpliré los 40 años de ejercicio profesional", indica. Recuerda que, durante dos décadas, trabajó "por y para" sus compañeros de profesión en la provincia, los primeros 10 años como diputada en la Junta de Gobierno del decano Ángel Ripollés Bautista, y después como decana" (1995-2005).

El presidente del Consejo General de la Abogacía, Eugenio Gay Montalbo, la llamó a mediados de los 90 para decirle que los abogados jóvenes de Santa Cruz de Tenerife, presididos entonces por Andrés Martín, querían que ella fuera la decana. Y, al llegar a la Isla, Ripollés también le propuso que se presentara a las elecciones al Decanato. Reconoce que "esa era la ilusión de mi vida; era como mi meta, lo que yo más quería".

Asegura que, tras ganar dos elecciones para dicho cargo, "la tercera vez ya no me quise presentar más, porque creo que cada persona tiene un destino y también hay unos límites; tras dos mandatos en un puesto de esta clase, que lo puede ejercer otra persona, hay que abrir las puertas, no se puede uno encasillar en un puesto de responsabilidad". Señala que "hay que dar cancha a los que vienen detrás". Indica que, "por circunstancias ajenas" a su voluntad, no se le impuso la última distinción hasta el acto del pasado 3 de junio en el Auditorio de Tenerife, nueve años después de que se la concediera el Ministerio.

Carmen Pitti señala que la otra opción era recibirla en una sala de la Audiencia Provincial, "pero yo no soy juez, ni fiscal, ni funcionaria de la Administración de Justicia". Y el actual decano, José Manuel Niederleytner, le dijo que en su primer acto de jura de nuevos abogados sería el momento oportuno para que se le impusiera la medalla públicamente. Y el decano cumplió con su palabra.

Pitti destaca el discurso que en el acto dio el representante del Ministerio, el secretario general técnico, Julio Fuentes, que versó sobre una síntesis de la biografía de San Raimundo de Peñafort y sus cualidades intelectuales.

"Mi padre me impulsó a ser abogada"

Sobre el actual responsable en funciones de la cartera de Justicia, Rafael Catalá, asegura que "es muy buen ministro; para mí, uno de los mejores y está muy involucrado con la Abogacía, nos está ayudando muchísimo". Recuerda que fue la primera mujer universitaria nacida en Granadilla, "junto a Mabel Frías, que estudió Filosofía y Letras".

¿Qué le impulsó a ser abogada? "Mi padre, que era funcionario de la Administración de Justicia y siempre quiso tener un hijo abogado; de hecho, cinco hermanos estudiamos Derecho". Su padre, Juan Pitti, era oficial del Juzgado de Granadilla y durante muchos años ejerció como secretario. De su progenitor afirma que "amó la Justicia y sabía más que un abogado". Carmen Pitti asegura que, "cuando empecé a ejercer, fue el que estuvo a mi lado y me ayudó; y es el que me hacía los pleitos, porque yo no tenía ni idea". Aclara que "yo me ponía a la máquina y él me dictaba". Comenta que "todo el mundo conoce a Juan Pitti y sabe que era una persona extraordinaria".

La exdecana manifiesta que en su casa eran ocho hermanos y uno falleció. De ellos, cuatro son abogados y el que murió, Juan Carlos, estaba terminando Derecho también. Para poder estudiar en el mismo curso que Juan Carlos, la exdecana trató de hacer dos cursos en uno (primero y segundo de bachillerato). Como eso no era posible en el Colegio La Pureza, donde estudiaba entonces, decidió irse a una academia que había en Granadilla. "Me examiné libre y aprobé todo en junio", evoca.

Respecto a la preparación actual de los abogados, Carmen Pitti García opina que "se están formando muy bien, porque ahora, cuando terminan la carrera, tienen un máster en el que aprenden el ejercicio de la profesión y creo que salen bien preparados". Indica que, "nosotros, cuando terminábamos la carrera, no teníamos ni idea, gracias a que teníamos a alguien que nos ayudaba". Y rememora que "antes la única manera de aprender la profesión era ir de pasante a un despacho, sin cobrar nada".

Muchas nulidades matrimoniales

Carmen Pitti García asegura que, aunque al principio no le gustaba la materia, con los años se especializó en los trámites de divorcio. Reconoce que es "católica" y que, cuando se aprobó la Ley del Divorcio, le parecía "algo horrible". Pero, "poco a poco fui entendiendo que hay circunstancias en la vida en las que dos personas no tienen por qué estar juntas y es una buena medida para que haya paz en la familia, siempre y cuando se lleve bien". Primero se especializó en Derecho Canónico para las nulidades matrimoniales (con las que los miembros del matrimonio separado pueden volverse a casar por la Iglesia), que hizo muchísimas.

La defensa de un homicida en la capital

La exdecana del Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife señala que "también me gusta mucho el Derecho Penal y el trabajo de la Defensa". En esta faceta, destaca un caso que le marcó. Manifiesta que "era un chiquillo de 23 años", al que defendió por casualidad. El joven había sido detenido por la Policía Nacional acusado de haber matado a un taxista en el coche para quitarle el dinero. Y días después también se le atribuyó el homicidio de una señora, ocurrido con anterioridad. El detenido justificó este último caso en que necesitaba dinero para comprar droga y el segundo, en que estaba demasiado drogado. Fue condenado y su abogada lo visitó varias veces en la cárcel e, incluso, le llevó libros de Derecho y novelas. Llegó a empezar a estudiar la carrera de Derecho.

Una custodia de droga no garantizada

La letrada natural de Granadilla de Abona también recuerda un caso de drogas en La Gomera que, como abogada defensora, logró sacar adelante, junto con otros ocho letrados. En esa ocasión, una decena de procesados quedaron absueltos porque los letrados defensores probaron que se había roto la cadena de custodia de la sustancia estupefaciente.

Su actual reto, hablar y escribir bien el inglés

Carmen Pitti es una mujer de retos. El actual es lograr hablar y escribir lo mejor posible la lengua inglesa. Está en quinto curso de la Escuela Oficial de Idiomas, en el nivel "Advance". Así espera hablar el inglés como su marido y sus hijos. Afirma que "estoy encantada, porque estoy aprobando todo". Además es presidenta de Alumni, la asociación de antiguos alumnos y amigos de la Universidad de La Laguna. Aclara que ese centro es la institución "que más quiero", porque en ella me formé.