Exportar vinos canarios, elaborar productos a base de cebolla de Guayonge o gestionar una residencia para personas mayores en el Sur. Los alumnos de la European School of Management de Tenerife desarrollan su espíritu emprendedor desde que empiezan la carrera de Dirección de Empresas. El primer año ya tienen que desarrollar su proyecto: deben montar su propia sociedad, con plan de viabilidad incluido, y defender públicamente los fundamentos de su idea. Ayer, la escuela organizó su entrega anual de distinciones a los estudiantes en presencia de un selecto club de invitados.
En el acto, donde pudieron comprobarse los resultados de estas enseñanzas, estuvieron presentes el viceconsejero de Empleo, Rafael Yanes; el alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez; el presidente de Fepeco, Óscar Izquierdo; una responsable de la CEOE de Tenerife, Eulalia García, y la vicepresidenta de la Zona Especial Canaria (ZEC), Milagros Luis Brito. Todos coincidieron en algo: el emprendimiento es la balsa que tiene que liderar la recuperación de la economía canaria. No es una actitud, sino una forma de entender la vida.

La relación entre la universidad tradicional y la empresa fue el tema recurrente durante todo el encuentro. Óscar Izquierdo alabó la apuesta educativa de la escuela y lamentó el "divorcio" que, a su juicio, existe entre la formación superior del Archipiélago y el mundo empresarial. Recordó que hay un cartel cerca de una de las facultades de Ingeniería de la Universidad de La Laguna que insta a las empresas a marcharse de las aulas. Es una muestra, dijo, de un problema que va más allá y que ha hecho que las experiencias de los empresarios no encuentren espacio en el currículo académico a pesar de que sus testimonios servirían de guía a muchos jóvenes. "Necesitamos más emprendedores y menos funcionarios", enfatizó.

Asimismo, Izquierdo indicó el camino a seguir para que Canarias recupere la senda del crecimiento. "Tenemos que conseguir que no haya ninguna familia en la que todos los miembros estén en paro. Es importante que al menos haya un ingreso. No olvidemos que el empleo hace que la persona recupere la dignidad, y eso es fundamental", dijo.

La idea de la separación entre universidad y empresa fue compartida por la mayoría de los presentes, aunque el viceconsejero de Empleo aprovechó la ocasión para destacar las iniciativas que se están llevando a cabo para salvar esa distancia, como es el programa Cataliza.

Lo que quedó claro a lo largo de las intervenciones, pero sobre todo después de la entrega de los premios, es que el modelo elegido por esta escuela es el ejemplo de que las cosas se pueden hacer de otra manera.

/MARIA PISACA

Prueba de que existe un gen emprendedor es que el joven que recibió el diploma honorífico por la mejor memoria de fin de curso es Juan Manuel Fernández Rodríguez, hijo de la editora y directora de EL DÍA, Mercedes Rodríguez (ambos en la fotografía). El joven, que cursa el primer año de carrera en el centro, realizó su trabajo sobre los retos a los que se enfrenta una pyme, en su caso La Bodeguita del Medio. Su autor destacó el interés que entrañaba el reto de elegir una empresa relativamente pequeña, que tiene que enfrentarse a los problemas que van surgiendo sin contar con todo el potencial de una empresa mayor, como es el caso de las multinacionales.

Además de la mesa de honor que presidió el acto, entre el público se encontraba, junto a los familiares de los agasajados, el empresario Amid Achi, que acostumbra a asistir a los actos de fin de curso de la escuela. "Siempre es bueno venir a ver cómo se están formando, y, de camino, ver si encontramos algún nuevo talento que se pueda incorporar a nuestras empresas", admitió. "Yo no iría tan lejos como para hablar de divorcio entre universidad y empresa, pero sí creo que debe haber un acercamiento mayor", planteó.