Todos los grupos políticos del Parlamento dieron ayer el sí al Plan de Salud "heredado" de la anterior legislatura.

En una Comisión parlamentaria de Sanidad breve, en la que ni si quiera estaba presente el consejero del área, les bastó una sola intervención para dar el pase al Plan de Salud al Pleno de julio, donde será previsiblemente aprobado.

El motivo principal es que este plan solo va a tener vigencia lo que queda de 2016 y 2017 y que ya se está trabajando en el próximo documento.

Durante las mesas técnicas que se han celebrado en estos meses, los diferentes grupos políticos han ido introduciendo algunas modificaciones en el documento original, con la intención última de recabar la unanimidad que se demostró ayer.

Así, Jesús Ramón Ramos Chinea, de Agrupación Socialista de La Gomera (ASG), explicó que se habían actualizado los indicadores, que eran de 2011, pero que aún faltaba contemplar algunos aspectos, como "la activación de un protocolo de sustituciones temporales en la atención Especializada". Ramos abundó en la necesidad de una acción de este tipo para garantizar la asistencia en las islas menores.

"Este plan llega tarde y tendrá una vida corta", sentenció Román Rodríguez, de Nueva Canarias (NC), que alabó el alto nivel de consenso entre todos grupos políticos.

No obstante, matizó que apoyaba este plan a pesar de la "discrepancia en la ausencia de ficha financiera" porque era un paso necesario para poder aprobar el siguiente.

Juan José Márquez, de Podemos, quiso dejar muy claro que su grupo condicionaba "el voto favorable" a que se empiece "a trabajar ya en el nuevo plan" que tendrá que entrar en vigor en 2018 y que este sí que debía ir acompañado de "ficha financiera".

Márquez, como Guillermo Díaz Guerra (Partido Popular), destacó la actitud constructiva y el grado de consenso que se había alcanzado en las mesas técnicas.

Asimismo, hizo hincapié en que las cuestiones se tenían que debatir en los Consejos de Salud y Zonas Básicas y luego ser valoradas "cualitativamente por la Consejería de Sanidad". La finalidad última es la participación de la ciudadanía en el gobierno.

las claves

El III Plan de Salud es básicamente el mismo que se gestó en la legislatura anterior, lo que provocó agrias críticas de diferentes sectores.

La finalidad última es aprobar este plan en el pleno del mes de julio para poder sacar adelante en 2018 otro más adaptado a las necesidades sanitarias de las Islas.

Más participación y un presupuesto general

María Elena Luis, de Coalición Canaria (CC), recordó ayer que en el III Plan de Salud se había recogido el Plan Integral de Salud Mental y el Plan Canario de Atención a la Diabetes para su desarrollo posterior. Asimismo, recordó que se habían introducido "mecanismos de participación en los temas de decisión" a petición de Podemos y que se había potenciado la farmacia hospitalaria.

Respecto a la falta de ficha presupuestaria, Iñaki Lavandera, portavoz parlamentario del PSOE, hizo referencia a que este documento contaba con más de 2.500 millones de euros, que es el presupuesto destinado para Sanidad en el Gobierno de Canarias.

Lavandera hizo hincapié en que en el documento "se sientan las bases para una política de salud transversal" y en "la equidad", lo que en Canarias supone "un plus" debido "a la fragmentación geográfica".

Subrayó la participación y el esfuerzo que habían vertido múltiples profesionales en un plan que por fin va a ver la luz.

En este sentido, el diputado Guillermo Díaz Guerra recordó que la consejera de Sanidad Mercedes Roldós lo había dejado casi terminado, pero que la siguiente legislatura no fue capaz de sacarlo adelante.

Por otro lado, los sindicatos sanitarios se han mostrado contrarios a dicho plan de salud y han asegurado, en reiteradas ocasiones, que ellos no fueron consultados sobre el documento.