No es la primera vez que el colegio Clorinda Salazar, ubicado en Finca España (La Laguna), abre sus puertas durante el verano para atender a los chicos de la zona dentro del programa de comedores escolares que ha diseñado el Gobierno de Canarias para las familias con más problemas económicos. Esta vez, sin embargo, no reciben solo a los niños que estudian allí, sino a otros procedentes de cuatro colegios más de la zona. "Somos el centro base", dice la directora del centro, Victoria Álvarez. En total, 92 niños se han apuntado a los talleres lúdicos. Están destinados a los menores de "cuota cero", es decir, aquellos chicos que durante el curso tampoco abonan la cuota de comedor porque sus familias no llegan al límite de renta.

El Clorinda Salazar es uno de los cerca de 124 centros que estarán abiertos durante las mañanas de julio y agosto. Este horario es posible gracias a la colaboración de la Consejería y el Ayuntamiento de La Laguna. Hasta las 12, el personal que atiende a los chicos es contratado por el consistorio, que también se encarga del desayuno. A partir de mediodía toma el relevo la Consejería.

Este año, por primera vez y a petición de los centros, se podrán intercambiar menús de almuerzo por meriendas. La empresa de cáterin sustituirá los almuerzos de los alumnos que, a pesar de estar inscritos, finalmente no acudan al centro. El dato del primer día no tiene por qué ser el definitivo, pero ayer solo asistieron la mitad de los matriculados. Cuando la cifra se estabilice, y la dirección sepa cuántos chicos van con regularidad, podrá hacer el trueque de menús (la Consejería contrata una cifra cerrada antes de que empiecen los talleres).

"El año pasado se tiró mucha comida", lamenta Victoria. De los 178 alumnos que estudian en el Clorinda Salazar, 75 tienen subvencionado al 100% el comedor durante todo el año, un dato que es síntoma de un barrio que ha sufrido mucho el desempleo. Para las familias no supone ningún problema enviar a sus hijos al cole en verano: no hay tiempo ni motivos para la vergüenza. "La escuela pública es como la vida: en una clase hay de todo". Por eso, ayer los niños empezaron su "campamento" con sopa de pollo, pescado y melón. Pero, sobre todo, con muchas ganas de jugar, porque, aunque siguen en el cole, ahora es distinto: ya estamos en verano.

las claves

Alumnado total. 3.206 alumnos se han inscrito en los talleres lúdicos de verano programados por la Consejería de Educación. El año pasado se matriculó el doble. En esa ocasión también se incluyó a alumnado de Educación Secundaria.

Cuota cero. El alumnado beneficiario de la medida es el de "cuota cero", es decir, el que durante el curso tampoco paga la matrícula del comedor por motivos económicos.

Todos los colegios. Todos los centros están adscritos al programa, pero en esta ocasión la Consejería ha designado "centros base". A ellos acuden niños de varios colegios de la zona.

322 monitores, auxiliares y coordinadores. En el CEIP Clorinda Salazar hay alrededor de 14 personas trabajando. Solo la Consejería ha contratado a 9 monitores y a un docente de apoyo para necesidades educativas especiales (hay un alumno con síndrome de Down y otro con discapacidad). Los talleres lúdicos no incluirán, además, inmersión lingüística, como antes.