Los hay que solo quieren pasar unos días en pantalones cortos y cholas en un hotel que ofrezca actividades divertidas a sus hijos. Otros prefieren el lujo y la exclusividad. Algunos buscan aproximarse a una cultura y unas tradiciones que desconocen. También hay quienes llegan atraídos por las posibilidades que proporcionan las costas de las Islas para los deportes acuáticos. Los turistas que visitan Canarias en busca de sol y playa ofrecen más variedad de lo que parece a simple vista y tienen diferentes aspiraciones, pese a compartir algunos rasgos comunes. Identificar estos perfiles es el primer paso para demostrarles que el Archipiélago tiene algo reservado para cada uno de ellos.

Promotur, la entidad dedicada a la promoción de las Islas en los distintos mercados emisores de turismo, ha presentado esta semana un estudio -basado en entrevistas exhaustivas a los visitantes- en el que describe hasta once subtipos de turistas de sol y playa, detecta sus motivaciones y establece qué fortalezas y debilidades presenta el destino Canarias para ellos.

Este análisis permite descubrir que bajo dos grandes perfiles genéricos -los pasivos y los activos- se ocultan distintas tipologías a las que, en algunos casos, solo separan diferencias sutiles pero que precisan de una atención individualizada.

Pasivos y activos se dirigen, en realidad, a un mismo fin, desconectar de la rutina diaria y del estrés del trabajo, pero llegan a él por diferentes medios. Los primeros, mediante las sensaciones y la tranquilidad; los segundos, a través de las experiencias.

Dentro de los turistas pasivos hay dos motivaciones esenciales. Los que quieren "relax puro" pueden ser familias con hijos pequeños ("Los Simpson", como los cataloga el estudio), jóvenes que viajan en pequeños grupos ("La pandilla"), parejas que buscan intimidad ("Románticos") y solteros o parejas interesados en el aislamiento y la contemplación ("Robinsones"). Una segunda categoría la conforman los que necesitan una sensación de exclusividad: familias o parejas de mediana edad movidas por el lujo ("Los Soprano") y solteros de edad mediana o madura que rehúyen la masificación, el bullicio y lo convencional ("Sibaritas modernos").

No menos variedad se oculta tras la etiqueta de turistas activos. Están, por un lado, los "Rastreator", cuya ansia de experiencias nuevas se satisface de dos formas distintas: mediante la contemplación o conocimiento de "lo local", sin necesidad de sumergirse en ello ("Espectadores"), o a través de la implicación directa en la cultura que descubren ("Participantes"). La segunda tipología la integran los visitantes que combinan el relax con el desarrollo de una actividad física concreta, sea una variedad de deportes en el agua ("Hiperactivos acuáticos"), la introducción y perfeccionamiento en alguna especialidad ("Curso deportivo") o el cuidado del cuerpo y, en ocasiones, también el espíritu ("Yoga y ejercicio").

Una vez identificados los perfiles y su peso en el destino, el reto consiste en ajustar la imagen de Canarias a las motivaciones e intereses de cada uno. Los de relax puro, sobre todo, y los "Rastreator" espectadores son los que tienen una mayor presencia. Sin embargo, algunos de los valores que buscan estos últimos, interesados en el descubrimiento y la identidad, no están suficientemente reflejados en la idea que los potenciales visitantes se hacen del Archipiélago.

Cubrir esta carencia no debe significar, advierten los autores del estudio, descuidar el mensaje sobre algunas de las características que convierten Canarias en un destino atractivo para los turistas de "relax puro", por lo que esas nuevas propuestas tienen que estar subordinadas a las principales. Las marcas de cada una de las islas pueden ser, en este sentido, un vehículo con el que potenciar estos valores de identidad, singularidad y diferencia.

Otros perfiles ya "encajan bien" en la imagen de Canarias. Se trata de "Los Soprano", "Yoga y ejercicio" e "Hiperactivos acuáticos", cuyo potencial conviene activar con productos promocionales específicos.