En un pleno casi sin polémicas, el debate más intenso se produjo con la primera comparecencia, justo la que cerró la sesión antes del descanso para almorzar (eso sí, ya sobre las 15:20 horas). La diana de las críticas, con la excepción, claro está, de los socios de gobierno, fue el consejero de Economía, Pedro Ortega, por lo ocurrido con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) pese al acuerdo alcanzado la semana pasada con los trabajadores para rebajarse el sueldo y tratar de recuperar el 100% de lo que cobraban en 2014, antes de los recortes, desde el 1 de enero de 2018. "Sin que sirva de precedente", según recalcó el diputado del PP Jorge Alberto Rodríguez, hasta los conservadores suscribieron sin matices la intervención de María Concepción Monzón, de Podemos, aunque la más contundente contra el consejero y la que más aplausos desató entre una oposición bastante coincidente fue la representante de Nueva Canarias Esther González, quien había solicitado la comparecencia de la consejera de Hacienda para que explicara la inviabilidad del ITC y los problemas económicos, aunque tuvo que conformarse con Ortega por decisión de la junta de portavoces.

En sus dos intervenciones, González lideró los argumentos de la oposición. A su juicio, el acuerdo con los 150 trabajadores ha sido, más bien, "un chantaje o una extorsión" impropia en una administración pública. Aparte de subrayar la relevancia del ITC para las Islas, en línea con todos, censuró con fuerza el argumento de Ortega de que el instituto siguió siendo deficitario en 2014 y 2015 pese al plan de viabilidad, con unas pérdidas medias de medio millón. Según recalcó, por la misma causa habría que cerrar, despedir o "chantajear" a los trabajadores de empresas públicas más deficitarias, como la TV autonómica (más de 30 millones). Ortega, con apoyo de CC y PSOE, recalcó que el pacto es mejor que el de 2014 y que el nuevo plan solo busca mantener el ITC y darle viabilidad.