El Consejo Consultivo reconoce que un joven de 18 años tiene derecho a una indemnización de casi 16.000 euros porque estuvo un año grandes dolores y con un diagnóstico erróneo por parte de la sanidad pública. Finalmente, el chico acudió a un centro privado, donde le diagnosticaron y le intervinieron de forma satisfactoria.

En septiembre de 2010, al joven se le diagnóstico "prostatitis aguda y se pautó tratamiento antibiótico". "Desde el 22 de septiembre de 2010 hasta el mes de septiembre del año 2011, acudí en más de 30 ocasiones a diferentes áreas del Servicio Canario de la Salud", explica el chico, que sostiene que fue "diagnosticado erróneamente de una prostatitis aguda, hipertrofia benigna de próstata y prostatitis crónica".

Ante el "dolor agudo incontrolable" que sufría, el servicio de Urología del Hospital Materno Insular llegó a solicitar "tratamiento para la Unidad del Dolor". De resultas que el joven de entonces 17 años fue tratado con analgésicos de tipo opioide, lo que le obligó, tras las intervención quirúrgica, a "iniciar un tratamiento de desintoxicación /deshabituación para adictos a opiáceos".

El 1 de septiembre de 2011, el chico "harto del Servicio Canario de Salud", fue a una consulta privada en la que se estableció "el diagnóstico correcto: esclerosis del cuello vesical". Poco después, le intervinieron.

Por todo esto, el afectado solicitada una indemnización de 60.000 euros "por los daños sufridos como consecuencia del referido proceso asistencial: dolor, daño psicológico, pérdida del curso académico y gastos en medicina privada".

Sin embargo, la Consejería de Sanidad emitió una resolución en la que negaba que se tuviera que indemnizar al afectado, al sostener que "no debe confundirse un retraso o mal diagnóstico supuesto, con la toma de decisiones a medida que la enfermedad va instituyendo su sintomatología".

El Consejo Consultivo, no obstante, es tajante al manifestar que "lo que no resulta lógico es que se haya mantenido durante todo ese tiempo, un año, el diagnóstico inicial de prostatitis aguda, con tratamiento conservador, a pesar de no responder el paciente a los múltiples tratamientos pautados para tal patología que le causaba grandes dolores y le imposibilitaba para un desarrollo de vida normal".

El Consultivo considera que "la actitud conservadora de la sanidad pública [...] se extendió demasiado en el tiempo, alargando excesiva e inútilmente los padecimientos del reclamante, que fueron atajados en la medicina privada".

De hecho, se pregunta "cuál era el tiempo estimado" para proponer una intervención, dado que el joven paciente terminó incluso portando "una sonda vesical".

Incluso, lo derivaron a una consulta de Psiquiatría, a la que el joven no llegó a acudir y se decidió por arreglar su problema en la sanidad privada.

La indemnización estimada por el Consultivo es de 11.390 euros por la valoración de los daños, a lo que suma las facturas de la intervención en la sanidad privada, lo que en total asciende a 15.916,63 euros.