La consolidada oferta turística de Valle Gran Rey tiene su origen en la actividad de los pescadores. Fueron estos hombres quienes con su esfuerzo consiguieron reunir el dinero suficiente para construir luego apartamentos que con el tiempo se han convertido en su principal fuente de ingresos para vivir con desahogo. Lo que a la larga ha supuesto una doble suerte y visión de futuro, especialmente cuando se da la circunstancia de que la actividad pesquera ha ido en franco retroceso a lo largo de los últimos años.

El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, indica que efectivamente en la actualidad Valle Gran Rey cuenta con una economía enfocada al turismo en la que participan en su inmensa mayoría las familias que se dedican o han dedicado a la pesca. No obstante, también recuerda que el dinero obtenido por los inmigrantes ha ayudado a convertir este núcleo turístico en lo que es actualmente. Curbelo considera que esta circunstancia resulta "muy afortunada" en cuanto que la actividad pesquera ha ido decreciendo, pese a que aún en Valle Gran Rey y en Playa de Santiago se mantiene un grupo importante de personas dedicadas a estas labores.

"Hablamos de una actividad como la pesca que aún genera riqueza y economía, al menos, de una forma razonable. Pero está claro que es necesaria la cooperación de las instituciones públicas", dice. En este sentido, Curbelo recuerda que el Cabildo cada año otorga unas ayudas que consisten en el pago de las cuotas de la seguridad social y adquisición de embarcaciones, artes de pesca y demás materiales. "Hacemos lo que podemos y lo que está en nuestra mano. Intentamos alcanzar una cooperación razonable, junto con instituciones como el Ayuntamiento de Valle Gran Rey".

Pero cada vez está más claro que la economía de esta parte de la Isla y de La Gomera en general se va orientando hacia el turismo. En este escenario la modernización del transporte se convierte en una pieza clave y ahí está la apuesta por retomar la línea marítima interior que unirá Valle Gran Rey con Playa de Santiago y San Sebastián e incluso Los Cristianos o el acondicionamiento del puerto de Vueltas, con la construcción del edificio terminal, para que pueda acoger grandes cruceros.

La secretaria de la Cofradía de Pescadores de Valle Gran Rey, Fátima Mesa, confirma que la mayor parte de los apartamentos que hoy se pueden encontrar en enclaves como Vueltas, Borbalán o La Playa, fueron construidos por pescadores. Pero especialmente por aquellos que durante años trabajaron en los caladeros de África. "Muchos de ellos se iban durante tres meses y cuando llegaban habían reunido una pequeña fortuna", dice. Pues bien, con ese dinero se consiguió ir construyendo ladrillo a ladrillo la oferta de Valle Gran Rey, aún en progresivo crecimiento. El atún que venía de África sirvió para levantar el imperio turístico a escala que hoy se ha asentado. Los agricultores hicieron su parte, pero en la costa, la mayor parte de los establecimientos pertenecen a antiguos pescadores. Los actuales lo tienen más complicado porque hoy por hoy es casi imposible sobrevivir con esta profesión y mucho menos hacer inversiones. Mesa recuerda que su padre está entre ese grupo de hombres del mar que reunieron el dinero suficiente para construir apartamentos.

La historia, desde los 60

La historia real de la llegada de turistas a Valle Gran Rey comenzó a finales de los años 60 del pasado siglo, cuando se empezó a notar el influjo de este fenómeno. Los primeros visitantes llegaron de Estados Unidos, pero luego sobre todo del centro de Europa, especialmente de Alemania. Muchos viajeros descubrieron en Valle Gran Rey un lugar en el que pasar temporadas rodeados de la tranquilidad y la belleza del Valle. Eran personas que podían ser calificadas como hippies, muchos de los cuales no querían alistarse para participar en la guerra de Vietnam. Otros huían de lugares masificados y una forma de vida que rechazaban. En Valle Gran Rey encontraron lo que buscaban. Un lugar apartado del mundo, de una belleza indescriptible y donde podían sentirse libres y reconocerse como personas. No simples números o piezas de un engranaje que despreciaban. En las décadas siguientes la localidad se fue constituyendo poco a poco en el principal núcleo turístico de La Gomera, y actualmente Valle Gran Rey se ha convertido en un destino consolidado para quienes buscan la conjunción de buen clima, extraordinarios paisajes, la posibilidad de realizar actividades en la naturaleza, y una oferta alojativa y gastronómica de calidad. Todo ello debido a la progresiva llegada de visitantes con mayor poder adquisitivo. A principios de los setenta se da un significativo salto con el establecimiento de una línea de ferries desde Los Cristianos. Las bases ya habían sido sentadas.

Pero con la llegada del siglo XXI, el desarrollo turístico se ha ido acrecentando hasta el momento actual, el mejor que ha vivido esta industria. Los últimos años han visto la proliferación de las casas y hoteles rurales, de manera que el norte se ha podido también subir a la ola de este próspero negocio. Ahora el reto es retomar la línea marítima interior que une Valle Gran Rey con Playa de Santiago y San Sebastián, y acondicionar el puerto de Vueltas para que puedan atracar los cruceros. Si esto ocurre, entonces el despegue económico y turístico se augura imparable.