La crisis económica ha venido a echar una mano a las administraciones canarias en su objetivo de reducir de forma significativa la emisión a la atmósfera de gases que contribuyen al cambio climático. Las consecuencias de la gran recesión -freno a las actividades industriales, disminución del tráfico, entre otras- se suman, según el Gobierno regional a "las medidas adoptadas", y entre ambos factores han permitido que el Archipiélago haya superado ya desde hace unos años y por adelantado la meta que se había propuesto: que las emisiones de 2015 fueran inferiores en un 13,7% a las que se producían en 2005.

La Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Ejecutivo autonómico ha detallado -en su respuesta a la pregunta planteada en comisión parlamentaria por Asunción Delgado, de Podemos- que la expulsión a la atmósfera de CO2 y otros gases causantes del efecto invernadero se recortó en 2013 en un 27,5% en relación a las del año que se ha tomado como referencia, un progreso que duplica el objetivo previsto en la Estrategia Canaria de Lucha contra el Cambio Climático, aprobada en 2009.

Los datos más pormenorizados que transmitió el departamento que dirige Nieves Lady Barreto a la parlamentaria del grupo de Podemos se refieren a 2012. Ese año se registraron un total de 13,3 millones de toneladas equivalentes de CO2. El procesado de la energía es el principal emisor de gases: 11,7 millones de toneladas provinieron de esta actividad, en la que la industria aporta la mayor cantidad (casi 6,5 millones), seguida del transporte (4,7 millones) y de otras fuentes (0,5).

El tratamiento y eliminación de residuos supuso la irradiación de algo más de un millón de gases de efecto invernadero. Los procesos industriales emitieron alrededor de 0,3 millones; la agricultura, 0,2; y los disolventes y otros productos, 0,04.

El descenso de las emisiones en 2013 ascendió al 22,2%, y venía a culminar una disminución gradual sobre los valores de 2005 en el que el año clave -por cuanto en él se produjo un llamativo salto en este progreso paulatino- fue 2009 -precisamente la fecha en que se aprobó la Estrategia Canaria de Lucha contra el Cambio Climático, además de uno de los hitos de la crisis-, cuando las emisiones bajaron un 15,8%, frente al apenas 3,2% que se contabilizó en el ejercicio anterior.

"El reciente dato del último año de emisiones del Inventario Nacional de Emisiones indica que la reducción de las emisiones de 2013 ha sido de un 27,5% respecto a las de 2005, lo que confirma la tendencia actual", destaca el Gobierno.

La Consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad está actualizando la estrategia de 2009 para "ajustarla al nuevo escenario socioeconómico y a las estrategias nacional y comunitaria en materia de lucha contra el cambio climático". Así, la Administración autonómica se marca en esta revisión del documento el objetivo de "avanzar hacia un modelo de economía eficiente y baja en carbono".

Las previsiones que contiene este borrador de la nueva estrategia, una vez aplicadas las medidas que contempla, apuntan a un recorte de las emisiones en 2020 del 26,5% en relación a 2005, de forma que pasen de las 17,2 millones de toneladas de gases de efecto invernadero que se registraban aquel año a 12.645.

En cuanto a las diferentes fuentes de las que procede el CO2 expulsado a la atmósfera desde Canarias, la estrategia se fija como objetivo recortar en un 29,1% las que tienen origen en el procesado de la energía -industria energética y transporte, sobre todo, que pasarían de 15,8 a 11,2 millones de toneladas-, en un 39,1% las de los disolventes y otros productos -de 0,06 a 0,03 millones-, en un 15,4% las causadas por la agricultura -de 0,29 a 0,25 millones- y en un 8,5% las del tratamiento y eliminación de residuos -de 0,78 a 0,72 millones-, así como aumentar en un 72,6% las emisiones provocadas por los procesos industriales -de 0,2 a 0,4 millones de toneladas, aproximadamente.