El consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno de Canarias, Aarón Afonso, junto a la directora del Instituto Canario de Igualdad, Marián Franquet, han presentado este miércoles una campaña publicitaria contra la explotación sexual de mujeres en donde se pone especial hincapié en los potenciales clientes para que se sientan identificados y no sean cómplices, ya que sin demanda de servicios sexuales no hay negocio de prostitución.

Esta acción publicitaria, que se difundirá por televisión, prensa y redes sociales, comenzará este 15 de septiembre y finalizará el próximo 23 de septiembre, cuando se conmemora el ''Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres y Niñas''.

El objetivo, según detalló la directora de Igualdad, es "humanizar y hacer visible" las posibles situaciones de trata que pueden estar sufriendo las mujeres que aparecen en los anuncios clasificados de prensa y en las redes sociales.

Franquet explicó que detrás de una foto "hay una mujer real con una vida propia, que posiblemente haya sido arrebata su libertad y que esté forzada a ejercer actos sexuales bajo coacción y amenaza".

Aarón Afonso recalcó que "la explotación sexual es una manifestación de violencia machista socialmente aceptada y una forma moderna de esclavitud que no solo se produce en el extranjero, sino también en el entorno más cercano".

Por ello, argumentó el consejero, "es fundamental que las instituciones impulsen acciones que fomenten la prevención y la concienciación ciudadana para lograr una tolerancia social cero, y el deber de la sociedad en su conjunto es no tolerar la violencia contra las mujeres".

La trata y la explotación sexual atentan, según Afonso, contra la vida, la libertad y la dignidad de las personas, y tiene un marcado componente de género, al ser sus víctimas mayoritariamente mujeres y, en muchos casos, niñas.

El consejero recordó que según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, dos terceras partes de las víctimas de trata de personas de todo el mundo son mujeres, la inmensa mayoría engañadas. "Se trata de un negocio que mueve casi tanto dinero como el tráfico de drogas y de armas", apuntó.