La sensación de ser el ganador en algún deporte o modalidad que pone a prueba las habilidades artísticas es incomparable. Pero el subidón puede acabar por el piso si luego resulta que no tienes recursos ni apoyos económicos de ningún sitio para desplazarte y competir en la final.

Esto es lo que les está ocurriendo a un grupo de niños de una academia de robótica de Güímar, que el pasado 10 de octubre se proclamaron campeones de España en el campeonato celebrado en Logroño y tendrían que viajar a finales de noviembre a la India, para representar a nuestro país en la categoría Football en la Final Internacional de la WRO (Olimpiadas Mundiales de Robótica).

"Tienen que viajar tres niños, con tres padres acompañándoles, y dos entrenadores", explica Ilda Fernández, de la academia de robótica de Güímar. Han calculado que por cada niño necesitan 1.000 euros y por cada adulto unos 1.300 (a los menores la organización les paga alojamiento y comida). En total, alrededor de 9.500 euros para poder viajar y participar en la final de estas olimpiadas de robótica.

Este año, explican, están dedicadas al fútbol. Los niños construyeron desde cero un robot de Lego y lo programaron para que metiera los goles. Según explica Luis David Reyes (13 años), uno de los campeones, con el software se van haciendo correcciones y ajustes para que el robot sea más preciso. "El balón emite una señal infrarroja para que los robots lo detecten y gana quien marque más goles", resume. Una labor que parece algo complicada para los jóvenes, pero que Luis David defiende como divertida. "Tenemos que hacerle algunas modificaciones más para competir en la India", adelanta.

Ilda Fernández, una de las responsables del centro de robótica, detalla que la academia lleva seis años abierta, pero que es más un hobbie compartido que un negocio. "Somos todos ingenieros o informáticos", explica, para añadir que cada niño solo paga "25 euros al mes", lo que comparado con el precio de cada robot de Lego (entre 300 o 400 euros) no parece mucho.

Otro de los equipos de la academia se alzó con el tercer puesto en la final nacional, pero los únicos que viajan (o desearían viajar) como representantes de España son los que quedaron en primer lugar. Los integrantes de los equipos ganadores son Luis David, Javier, Carlos y Daniel.

Los dos equipos participaron y ganaron en una competición en la que participaron medio centenar de equipos de robótica de toda España.

"En la categoría Football, los jóvenes trabajan durante meses creando, diseñando y programando dos robots por cada equipo que tendrán que montar desde cero el día de la competición", detallan desde la academia. "Tras el montaje, todos los equipos participan en una liguilla y de ella saldrán los tres primeros clasificados", añaden.

Todo ello si consiguen un patrocinador que les dé la oportunidad a estos tres menores de 12, 13 y 16 años de viajar a la India y demostrar sus conocimientos.

Luis David reconoce que nunca ha salido de España y para él la emoción será doble: la de competir y la viajar a una ciudad como Nueva Delhi, donde se celebra la final del 25 al 27 de noviembre.

India, como país organizador de la final internacional de este año, ha propuesto el tema de "gestión de residuos" y los equipos tienen que diseñar robots que aporten soluciones innovadoras que reduzcan, gestionen y reciclen residuos.

Resolución de problemas y creatividad

La World Robot Olympiad (WRO), en español las olimpiadas mundiales de robótica, es una competición educativa para niños y jóvenes de entre 7 a 19 años, en la que los jóvenes tienen la oportunidad de aprender y demostrar su capacidad de resolución de problemas. Pretende fomentar la creatividad, proporcionar una oportunidad para mejorar competencias de comunicación, cooperación y trabajo en equipo, ampliar la visión de los jóvenes sobre la ciencia y la tecnología y animarles a ser futuros científicos, ingenieros e inventores, explican desde la academia de robótica de Güímar. Esta imparte talleres y actividades extraescolares de robótica desde el año 2011 y en la actualidad forma a más de 100 niños de edades desde los 4 a los 17 años, según explica Ilda Fernández, una de las responsables.