Los socialistas canarios han recogido el guante de CC y aceptaron ayer reunir la mesa del pacto durante esta semana para intentar reconducir un acuerdo más que vapuleado en las últimas semanas por la censura en Granadilla, la discusión sobre sanidad, el cierre presupuestario y aristas considerables entre ambos socios (o parte de ellos) con las leyes del suelo o Islas Verdes. En realidad, el guante lo han recogido casi desde el instante en que el municipio sureño se hizo una campaña publicitaria incalculable con la moción contra González Cejas, pero los dirigentes del PSC oficializaron ayer las negociaciones entabladas desde entonces y las hicieron depender de esa reunión de la mesa y de un Comité regional posterior.

La cita mañanera tuvo lugar en la sede socialista de Las Palmas de Gran Canaria. Reunió a los consejeros del Gobierno, los 6 integrantes de la Comisión Permanente (todos tendentes a seguir con el acuerdo) y los secretarios insulares. Ya por la tarde, y en medio de un gran hermetismo entre el resto de asistentes, el secretario de Organización, Julio Cruz, admitió esas negociaciones previas, pero advirtió de que "no han sido totalmente satisfactorias". No obstante, y en una reunión un poco atípica que el propio Cruz definió como deliberante pero no decisoria, se optó por aceptar la mesa del pacto, que se celebrará durante un día de esta semana que ayer no precisó, con el objetivo de explorar las opciones de continuidad.

Esas posibilidades, según dijo, pasan por un cambio de CC "en su forma de proceder, gestionar e intervenir en relación al pacto", sin mencionar inyecciones presupuestarias, reducción del paraguas del pacto o censuras como compensación por Granadilla, venganza que rechaza la mayoría de los dirigentes socialistas.

Según remarcó Cruz, "el PSOE siempre ha procurado garantizar la estabilidad en las instituciones, los servicios púbicos (sobre todo la sanidad, educación, el área social...) y servir de instrumento a los ciudadanos para resolver sus problemas ordinarios y diarios", para lo que cree "fundamental" los gobiernos. Por eso, insistió en que harán un esfuerzo en esa mesa por reconducir la situación, pero no dio garantías de que la negociación cuaje y, en todo caso, lo dejó en manos del Comité, que será el encargado de confirmar o no esa reedición del pacto con los cambios que el PSC cree necesarios tras una crisis "generada claramente por CC; se ha roto la confianza y hay que reestablecerla", dijo.

Frente a las dudas de Cruz, fuentes del sector crítico del PSC, minoritario entre los dirigentes pero que cree ganar entre las bases, dan por hecho que el pacto seguirá.

"Solo hay un PSOE que trabaja unido"

Aparte de las cuestiones de fondo, del profundo malestar en los alcaldes del sur tinerfeño tras lo de Granadilla, de la acumulación de hartazgo en las filas socialistas por las críticas de Clavijo y Rosa Dávila al consejero de Sanidad, las anteriores a Ornella Chacón (Carreteras) o el cierre presupuestario, el PSC intentó ayer, de forma clara, transmitir una imagen de unidad, de discurso unitario y voz común. "Coincidimos todos en trabajar de forma unida; solo hay una voz del PSOE canario; no hay siete voces en siete islas, ni posiciones distintas, sino iguales en la Permanente, la dirección del partido y el Gobierno". Así se pronunció Julio Cruz tras una reunión que, eso sí, definió como una "Comisión Permanente ampliada, una especie de consejo territorial con el Gobierno y los secretarios insulares". Sin embargo, este intento de uniformidad choca con la visión que tienen diputados como el nacional Sebastián Franquis o el regional Gustavo Matos, así como otros integrantes de un sector crítico que, si bien es minoritario en las direcciones, gana mucho apoyo en las bases, y más con la espiral de sucesos. De hecho, este sector duda de que, de haberse reunido ayer el comité ejecutivo para decidir o no la ruptura de la que se habló tras la ejecutiva de hace diez días, habría ganado una eventual votación en contra de seguir. Los críticos, muy activos en redes sociales, también proponen una consulta a la militancia, opción que los miembros de la Permanente, parte de la Ejecutiva Federal y otras insulares rechazan en aras del interés general y del partido, aparte de contextualizar todo en la lucha por la secretaría regional.

El Comité Ejecutivo no será el próximo sábado

El PSOE es un partido con una estructura bien organizada y, aunque se den ausencias de secretarios generales prolongadas, como la protagonizada durante mucho tiempo por José Miguel Pérez, hay jerarquías y normas a cumplir. Por eso, y aunque haya mesa del pacto esta semana, lo que ocurra en ella no se abordará el próximo sábado en el célebre Comité Ejecutivo que deberá ratificar o no la continuidad con CC. Y no será así, es decir, se pospondrá, al menos, un sábado más, porque ese mismo día está previsto un Comité Federal, con integrantes que también están en el otro órgano, con lo que debe congelarse. Claro que está la lectura del sector crítico, que sigue pensando que, incluso, no se convocará nunca o que, en todo caso, solo dará el visto bueno a una continuidad en el cogobierno con CC que jamás se ha querido romper, aunque se quiera vender otra cosa. Entre los dirigentes proclives al acuerdo y los negociadores del PSOE las sensaciones son dispares y se cree que aún está todo abierto y que depende mucho de las garantías que dé CC sobre cambios en sus formas. Si bien se ha avanzado sobre las enmiendas del PSC a la ley del suelo, lo ocurrido con Hacienda y la necesidad de que una gestión más corresponsable del área, que garantice recursos suficientes para políticas básicas, es un escollo considerable.