No todos los días se cumplen 50 años. Aspronte celebró ayer medio siglo de vida y lo hizo "en familia" y con la presentación de nuevos proyectos: la asociación sustituirá el centro ocupacional por otro totalmente nuevo el próximo año y abrirá una residencia para 15 chicos mayores de edad.

Así lo explicó el presidente de la asociación, Juan Arroyo de Armas, antes de asistir al almuerzo organizado para conmemorar el aniversario. El responsable explicó que para acometer la primera fase del nuevo proyecto de Aspronte -el centro ocupacional- ya cuentan con financiación y "las bendiciones urbanísticas" del Ayuntamiento de Santa Cruz. Para lo segundo, "una pequeña residencia para los chicos", necesitan más tiempo. "Estamos lejos de conseguirlo, pero lo haremos", aseguró con optimismo.

El acto de conmemoración de la historia de Aspronte se celebró ayer en el Casino de Santa Cruz. Los invitados, entre los que se encontraba la editora y directora de EL DÍA, Mercedes Rodríguez (en la fotografía), disfrutaron de un almuerzo y de la presentación de los nuevos retos de Aspronte a medio y largo plazo. Arroyo y el resto de responsables de Aspronte concibieron el acto como un momento de encuentro en el que los asistentes - "nuestra pequeña gran familia"- tuvieran tiempo de compartir y hablar sobre el papel que la entidad ha desempeñado y desempeña en la sociedad tinerfeña. Aspronte nació en 1966 para dar respuesta a las necesidades de las familias que tenían a su cargo niños con discapacidad intelectual. Hoy, ese objetivo sigue siendo su seña de identidad. La idea de levantar el centro ocupacional surge para responder mejor a las demandas de los usuarios, pero también para cumplir con las normativas sobre estos centros, que quedarán obsoletas cuando culmine 2017.

El interés por habilitar una residencia para personas con discapacidad intelectual mayores de edad busca, en cambio, paliar un déficit de recursos. La investigación sanitaria ha elevado la esperanza de vida de este colectivo, pero ese salto en la calidad de vida ha abierto otra incertidumbre: ¿quién se ocupará de esos chicos cuando ellos no estén? Aspronte, como no podía ser de otra manera, también quiere dar respuesta a esa cuestión que plantean los nuevos tiempos.