Tres "startups" -empresas tecnológicas emergentes- recibieron hace apenas unos días en Tenerife un espaldarazo a sus proyectos en forma de inversión. Lo hicieron a través de la Bbooster Week, un encuentro que reúne a estos emprendedores con fondos de capital riesgo. Detrás de esta incitativa -respaldada por Proexca- se encuentra Bbooster Ventures, cuyo director ejecutivo (CEO) es Enrique Penichet, quien destaca la oportunidad que supone para poner Canarias en el mapa de los inversores internacionales.

¿Cómo nació Bbooster Week?

En 2010 lanzamos en España la primera aceleradora de proyectos basados en internet, así como una sociedad de capital de riesgo que invertía en "startups" en esa fase. Uno de los socios, que tiene su oficina en Canarias, insistió en que viniéramos aquí, y en 2014 hicimos una prueba piloto, la primera Bbooster Week, porque habíamos visto que ya había muchas aceleradoras y cada vez más "business angels", pero que faltaba el siguiente paso. Cuando un proyecto es medianamente bueno y pasa por una aceleradora, es posible obtener los primeros 100.000 euros. El problema es dar el salto cuando el proyecto ya está testado y validado: conseguir un millón de euros para que escale a nivel global. Decidimos hacer la Bbooster Week para tratar de sacar este tipo de proyectos. En esa fase los seleccionamos, trabajamos con ellos durante una semana e invertimos en uno o varios de ellos.

¿Qué resultados se han obtenido hasta ahora?

Del primer piloto que hicimos en Tenerife salió Gear Translations, una "startup" argentina que se ha implantado aquí. Civitfun, una "startup" peninsular, también vino. En la anterior Bbooster Week, celebrada en Las Palmas, invertimos en BeRoomers, que está cogiendo mucho empuje en Londres y Nueva York. El capital ha ayudado a esa expansión.

¿Alguna de las "startups" que han conseguido inversión ha nacido en Canarias?

No, pero se han implantado. Cuando hemos hecho aquí las Bbooster Weeks tratamos de seleccionar alguna empresa canaria, aunque luego el consejo de inversores no ha invertido en ninguna de ellas. El enfoque era atraer talento y que se puedan instalar aquí para que haya transferencia de "know how" entre los proyectos que llegan de fuera y los que ya están aquí.

¿Es habitual que las "startups" se queden a medio camino sin el apoyo de iniciativas como esta?

El problema del ecosistema español es que hay inversores iniciales y luego los fondos de inversión suelen entrar en rondas más tardías, en torno a los dos millones de euros. En medio hay un salto complicado. Con este fondo y esta iniciativa intentamos cubrir ese hueco. Si no, lo que suele ocurrir es que la empresa se monta, con buenas ideas y muchas expectativas, consigue 100.000 euros para ponerse en marcha y cierta atracción, pero todavía los fondos de dos millones no la ven para esto, así que vuelve a conseguir inversión de amigos y socios... pero sin llegar a saltar al siguiente nivel. Al final los proyectos que podrían ser globalizables y muy grandes a nivel mundial terminan siendo algo muy local porque no tienen capital suficiente.

Las cifras de capital riesgo en Canarias son bastante bajas.

Lo que me encontrado muchas veces en las empresas canarias es que viven muy bien y muy cómodos y les cuesta ver más allá. Hay que abrir la mente. También tiene que ver la ubicación en la periferia, porque cuesta mucho más saltar las distancias. Es un reto. Internet y las conexiones aéreas facilitan cada vez más poder crecer hacia otros sitios, pero el chip inicial, esa mentalidad, cuesta cambiarla.

En Canarias llevamos años hablando de diversificar el modelo económico. ¿Existen ahora las herramientas para conseguirlo?

Hay un pueblo de Teruel que ha pasado de tener almacenes de pienso para gallinas a centros logísticos de comercio electrónico. Esta es la riqueza de la revolución digital. Si abres la mente y lo haces medianamente bien, hay una oportunidad. Ya no necesitas estar en Nueva York para generar algo de cierto tamaño. Para aprovechar esos recursos y cambiar la mentalidad también es necesaria una parte previa de formación y educación. Algunas de las startups de la Bbooster Week instaladas aquí nos comentan que les cuesta mucho contratar talento, gente que sepa de márquetin "on line", distintos desarrollos de lenguaje... También hay un factor precio, porque esos perfiles son más baratos en la Península. Aquí hay poca gente que se quiera dedicar a esto y otras oportunidades laborales, principalmente en la hostelería, donde te pagan mejor.

¿Iniciativas como esta pueden servir para que los emprendedores tecnológicos de Canarias accedan a una financiación que normalmente les está vedada?

La Bbooster Week no está tan pensada para financiar los proyectos nacidos en Canarias como para atraer a las Islas proyectos que ya están en una fase de empezar a escalar y generar empleo para que se enamoren del entorno canario y se instalen aquí. Tienes un empuje de la administración para generar proyectos de emprendedores y le añades emprendedores de fuera en fase de crecimiento para que se instalen aquí. Se trata de sumar y enriquecer el ecosistema, no de plantarlo simplemente desde cero.