Uno de los efectos que trae aparejados la doble insularidad es, sin duda, el esfuerzo que deben realizar los padres para dar una educación universitaria a sus hijos. Son miles los gomeros e incontables las generaciones de quienes han tenido que salir de la Isla para cursar una carrera o estudios que no existían en La Gomera. Desde hace años el Cabildo insular otorga ayudas para intentar compensar en lo posible la pesada losa de la doble insularidad. Y precisamente, gracias a ese esfuerzo, es por lo que hoy existen gomeros por todo el mundo que han podido desarrollar sus habilidades y ponerlas al servicio de la comunidad.

Casimiro Curbelo Curbelo recuerda que desde hace años la Corporación insular lleva a cabo una labor de apoyo económico a los estudiantes que se concreta en paliar los efectos que el sobrecoste de la doble insularidad ocasiona a las familias.

El presidente indica que a lo largo del próximo año "como mínimo" se mantendrán los actuales apoyos e incluso si es necesario se incrementarán con el fin de que "no haya un solo universitario gomero que no tenga ayudas del Cabildo". Entre ellas está el convenio que se firma cada año con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPG) con un presupuesto de 90.000 euros, los fondos que se entregan a los 600 universitarios que se desplazan fuera de la Isla y la financiación con 36.000 euros a la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), cuya sede también aporta la institución insular.

Además, para estudios universitarios que no se imparten en Canarias, para los que se colabora con una ayuda individual de 1.200 euros, se concedieron en el curso 2015-2016, 21 becas, 5 más que el año anterior; para estudios universitarios, dotadas con 1.000 euros, se aprobaron 485 ayudas, 18 más, y para los estudiantes de enseñanzas medias y similares, cursadas fuera de La Gomera, se otorgaron 202 ayudas por importe de 500 euros cada una.

Luego están los estudios que no se imparten en La Gomera. En este último caso se diferencian las partidas destinadas a los que no se ofrecen en Canarias, con un máximo de 1.500 euros; los universitarios y de Tercer Ciclo que se impartan en el Archipiélago, con hasta 1.200 euros, y una bolsa de estudios para alumnos de FP, Bachillerato y similares, de hasta 600 euros.

Curbelo apunta que los gastos que trae aparejada la doble insularidad, "es otro de los padeceres que traen consigo los sobrecostes de las islas no capitalinas y por lo tanto supone un déficit estructural en la prestación de servicios a nivel general". Recuerda que son las familias con su propio esfuerzo y sacrificios personales los que hacen frente a estos costes adicionales. "Estamos de acuerdo en que se otorguen más fondos a lugares en los que resida más población pero no se puede dejar morir a los que viven en las Islas no capitalinas", indica.

Daniel Duque Suárez es un joven de 18 años de Hermigua que está cursando el primer año de Historia en la Universidad de La Laguna (ULL). La experiencia, al menos por ahora, no ha podido ser más gratificante. Lamenta el esfuerzo que supone para su familia tener que pagarle los estudios en una Isla que no es la suya, "pero esto es lo que hay, en Canarias tenemos dos universidades, no puede haber una en cada isla y para mí venir a la de Tenerife era lo más lógico", dice.

Reconoce el esfuerzo que hacen sus padres desde el punto de vista económico y desde luego considera que el apoyo que le ofrece el Cabildo sólo puede ser calificado de muy positivo. "Con ese dinero no es que se cubran todos los gastos pero desde luego que ayuda". De esta manera puede hacer frente a la matrícula y a los desembolsos que trae consigo el "día a día". Ha optado por vivir en un piso alquilado junto con otros dos compañeros, también de gomeros, en vez de ir a una Residencia.

De la experiencia de salir de La Gomera le está gustando sobre todo la diversidad y la apertura de mente que ha visto en Tenerife y que es más difícil de encontrar en un sitio pequeño como Hermigua. Todavía es muy pronto para saber si su futuro profesional discurrirá en La Gomera. Por lo pronto todos los gastos los pagan sus padres y no trabaja para tener ingresos extra. Y es que considera que con la paga mensual que tiene es suficiente. Todo es cuestión de saber administrar el dinero y no necesitar demasiado para vivir.

Guillermo Duque Rodríguez es más veterano. Tiene 21 años y lleva cuatro estudiando la carrera de Relaciones Laborales. Este joven es natural de Playa de Santiago, en Alajeró. La experiencia la califica de "bastante gratificante" y dice sin dudar que "volvería a repetirla". En comparación con su Isla natal cree que la vida es "muy diferente". Y ello es así en cuanto que allí " todo es mucho más relajado, más tranquilo", mientras que en Tenerife, "se vive con mucho estrés, seguramente por la cantidad de gente que hay y lo diferente que es cada uno. Todo eso influye mucho a la hora de moverte o conocer gente".

Duque Rodríguez tiene 21 años y forma parte de ese grupo mayoritario de jóvenes que prefiere no volver a su Isla a trabajar. No tiene ninguna duda de que para sus padres pagar la carrera, "ha supuesto un gran esfuerzo económico", aparte del sufrimiento que implica que familia se haya dividido. Considera que el apoyo económico que les ofrece el Cabildo es "suficiente porque me ha ayudado bastante. Aunque me fallen otras becas, la verdad es que siempre he contado con el respaldo del Cabildo. Eso me parece muy importante y es de agradecer".

Sobre el hecho de la doble insularidad y los efectos que trae aparejados para los estudiantes estima que "al no poder existir otra universidad es lógico que tengamos que desplazarnos a aquí pero siempre y cuando nos proporcionen algún tipo de ayuda. Mientras nos apoyen, me parece bien venir a Tenerife". Este joven ha optado por vivir en una Residencia Universitaria.

Andrea Padilla Brito es de San Sebastián. Este es el segundo año que estudia Derecho. La experiencia la califica de "clara y globalmente satisfactoria" en cuanto está cursando la carrera por la que siempre sintió auténtica vocación. Sobre los efectos de la doble insularidad considera que las instituciones juegan un papel muy importante a la hora de evitar que se sientan "solos y desamparados" en otro lugar distante de sus familias y domicilio. Al igual que ocurre con el resto de los gomeros, también recibe una ayuda por parte del Cabildo, lo que bajo su punto de vista supone "un alivio para nuestros familiares porque la verdad es que son muchísimas las necesidades que tenemos que cubrir cada mes". Al respecto indica que "si te sabes administrar puedes vivir sin más problemas".

Los gastos más importantes, sin duda, son transporte, alquiler o alimentación. Dice admirar a sus padres y estarles "eternamente agradecida" por haberle pagado los estudios. "Simplemente no tengo palabras para darles las gracias por todo lo que han hecho por mi". Padilla no descarta en absoluto retornar a su tierra cuando acabe los estudios. Y ello es así porque entre sus sueños está dedicarse a la política. De esta manera se ha marcado ya una especie de hoja de ruta vital: hacer un máster y luego volver a su Isla natal para dedicarse a esta actividad.