La vitamina C y la vitamina K podrían prevenir la ocurrencia de los efectos secundarios de la quimioterapia o la radioterapia. Es la conclusión de una investigación liderada por Romén Carrillo, investigador de Instituto Universitario de Bio-Orgánica (IUBO) y el Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias (CIBICAN) adscritas a la Universidad de la Laguna (ULL).

Es bien conocido que los efectos secundarios de los tratamientos del cáncer son una de las partes que causa mayor impacto a la hora de reconocer a una persona que lo sufre. Algunas consecuencias son las náuseas y vómitos, la pérdida temporal del cabello o la mayor probabilidad de infecciones y cansancio en caso de la quimioterapia, o el cansancio, los cambios en la piel en el área tratada y pérdida del apetito en caso de la radioterapia.

Gracias a esta investigación se podría evitar que el tratamiento afecte tanto a las células sanas como a las tumorales, y conseguiría que solo actuara sobre estas últimas. El descubrimiento consiste en que estas dos vitaminas tienen un cuerpo molecular que, al juntarse, forman una oxidación sostenible. Esta oxidación junto al oxígeno forma agua oxigenada, lo que se considera una especie reactiva de oxígeno (ROS), justamente "lo que utilizan nuestros fármacos tumorales", explicó Carrillo.

Aunque formar un fármaco para combatir las células tumorales no es "tan fácil" como "mezclar" las estructuras celulares de estas dos vitaminas. Para que el fármaco pueda discernir entre células "buenas" y malignas, tiene que haber alguna fórmula por la cual reaccione tan solo cuando llegue al tumor.

"Debemos proteger las dos moléculas de oxígeno que se encuentran en estas vitaminas, para que no sean inestable ni reaccionen antes de tiempo", explica el investigador.

Esta protección se puede hacer con diferentes enzimas, no obstante, Carrillo hizo hincapié en las nitroreductasas. Estas se desprenderán de los oxígenos del fármaco cuando reaccionen ante la hipoxia -falta de oxígeno- que suele caracterizar a las células tumorales.

De esta manera, el fármaco viajará por el cuerpo sin hacer daño al resto de células y llegará al tumor mucho más eficazmente, llevándole a la muerte celular.

La investigación ha estado financiada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que también lo hace en varios proyectos de investigación del cáncer de colon. "Uno de los más frecuentes", según Enrique Quintero, jefe del Servicio Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Canarias.

Romén Carrillo quiso acabar su intervención insistiendo en que se "apoye a la investigación". "Falta apoyo y entusiasmo en esta universidad", aseguró. A lo que el rector, Antonio Martinón, respondió que en la ULL la investigación que se realiza "no es mala" y está bien posicionada en los ranquin nacionales.