Es cierto que se repite desde hace décadas y puede ya haberse convertido en tópico irreal, y más si se atiende a las "dos españas" de leyes educativas que nunca salen por consenso. Desde finales de los 80, en los años 90 y en adelante, sobre todo en las etapas de crisis económicas (93 y 94) o la agudizada desde 2008 y que aún se sufre, se escucha eso de que, por la llegada de la democracia y la modernización general, "tenemos las generaciones mejor preparadas de la historia del país" y, por ende, de Canarias. Pero, paradójicamente, se ven abocadas a emigrar para trabajar o a aceptar aquí contratos que ya quedan lejos de aquellos casi añorados mileuristas. Sin embargo, y en el año y medio largo que va de legislatura en las Islas, se lleva tiempo escuchando en el Parlamento autonómico que, en realidad, los diputados canarios han experimentado una regresión en su preparación, su perspectiva global y su solvencia dialéctica, política, estratégica y casi intelectual que se resume a la perfección con palabras como "escuela infantil" o directamente "guardería", muy en boca en los últimos días.

Hay diputados, y el portavoz socialista, Iñaki Lavandera, es uno, que admiten que llevan meses escuchando esto en la Cámara y entre algunos periodistas y lo creen injusto y falso, pero otros, de su partido y de otras formaciones, lo tienen más que claro: el nivel ha bajado, y mucho. Es más, para algunos, nunca había estado tan por los suelos ni se conocen precedentes de un cambio tan drástico en pocos años. De tanta bisoñez, de tanta inmadurez. Y eso que se tramiten leyes de calado histórico, para bien o para mal, como la del suelo o la de Servicios Sociales.

Las continuas y cada vez más agudas crisis entre los socios del pacto, por causas diversas pero con escenas como el abandono del consejo de Gobierno por parte de los 4 consejeros del PSOE con motivo del reparto del Fdcan (que los socialistas explican por "dignidad" y razones "poderosas", pero CC no entiende); la calidad de los debates sobre multitud de asuntos, leyes o PNL; la capacidad comunicativa, de improvisación, réplica o para argumentar y otras actitudes o hechos sucedidos en comisiones evidencian, para varias y experimentadas señorías, así como para personal de confianza con años de rodaje en ámbitos político-periodísticos, que hay motivos para la preocupación y casi la añoranza.

Por supuesto que no debe generalizarse, que puede haber cuajado una impresión parcial por ciertos momentos o situaciones muy chirriantes y, por tanto, cometerse injusticias, pues también hay diputados y diputadas con discursos brillantes, muchas cualidades y potencial, con más o menos trayectoria. No obstante, entre los más veteranos sí que se ha extendido la sensación (y sorpresa) de que algo no va muy bien, de que la renovación, rejuvenecimiento y mayor pluralidad, presentados como avances de la IX Legislatura, flaquean mucho más de lo previsto y de ahí algunos resultados: como la creciente pérdida de imagen de los políticos, si es que había margen para que, en este ámbito, en el del prestigio y respeto social, se siguiera bajando estratos.

Claro que una reflexión igual se podría hacer de la prensa y de otros colectivos en general, pero lo cierto es que llama mucho la atención que diputados gubernamentales de 50 y pico años o más resalten abierta y orgullosamente su edad ante algún periodista para, justo después, soltar un "si otros tienen 20...", y no se refieren solo a socios o rivales, sino a compañeros de siglas, batallas y futuros.

Es más, y aunque en algunos partidos los liderazgos parecen indiscutibles y casi aplastantes, en otros, curiosamente con los dos socios incluidos (CC y PSC), más de uno los ponen en cuestión, y tampoco se trata siempre de fuego supuestamente enemigo.

Como prueba, y ante la posibilidad de esta reflexión interrogativa en el periódico, otro diputado que vota siempre con el Gobierno por pertenecer a uno de los dos partidos aliados no solo lo consideró ante el periodista totalmente pertinente, sino casi imprescindible porque, por momentos, también se ha sentido en una "guardería" en lo que va de mandato. Ha sentido hasta vergüenza propia y ajena.

Si las generaciones formadas en democracia son las mejor preparadas, para algunos más viejitos eso ha pasado un poco de largo del actual Parlamento canario.