Como tantas veces, la teoría de juegos echa chispas en un pacto político en el que, en el fondo, ya no creen ni sus más entusiastas defensores. Si no fuera porque la aritmética parlamentaria y el escenario global es más complejo y poliédrico que nunca, el acuerdo en cascada entre CC y PSOE se habría roto hace tiempo, sobre todo en lo que toca al Gobierno regional, no tanto en los 4 cabildos que comparten y numerosos ayuntamientos (cogobiernan ahora en 29). Tras la última mesa de seguimiento, celebrada el lunes, y pese a que el secretario general de CC, José Miguel Barragán, sigue dando por vivo el acuerdo y presentándolo como el mejor, ambas fuerzas miran ya más para otros partidos y posibles alianzas alternativas que a un pacto que no ha parado de sufrir sobresaltos cada vez más potentes y destructivos.

Como sostiene un importante dirigente de PSOE, la clave en estos momentos radica en quién se garantiza antes un apoyo parlamentario que dé estabilidad para, enseguida, buscar el último pretexto, la última excusa o razón más o menos justificada para dar el paso definitivo. El problema, no obstante, es que, como casi desde que surge, se prepara o, más bien, se amontona lo de Granadilla a los incumplimientos locales de junio de 2015, lo de Sanidad o las cuitas entre Hacienda y el PSC, ni Clavijo quiere destituir a los consejeros socialistas para no convertir a su socio en víctima y él en verdugo, ni el PSOE se autoconvence de la idoneidad de marcharse de un gobierno en el que lleva áreas muy sensibles y en el que, en su percepción, cree que lo está haciendo incluso muy bien, dentro de las limitaciones dinerarias.

Es más, numerosos socialistas del Ejecutivo o su entorno se soliviantan al menor comentario periodístico sobre si sienten que han perdido la dignidad y creen que, en tal caso, el indigno es el que incumple continuamente sus compromisos, que ellos relacionan con Granadilla, el Puerto, Arico, ahora el Fdcan, pero también con el cierre presupuestario sin aviso, las críticas hacia el consejero de Sanidad o a la de Obras, así como la actividad "pirómana" de Carlos Alonso respecto al acuerdo.

En CC, creen que no pueden hacer más respecto a los incumplimientos locales salvo expulsar a los ediles y recuerdan que, en el mandato anterior, sufrieron lo mismo en La Palma y El Hierro, pero no darán marcha atrás con el Fdcan y la conclusión de filas adentro es muy simular: salvo milagro, esto tiene muy poco recorrido.

Curbelo, muy cerca de CC, pero tentado por Patricia

Por sus 3 diputados, Casimiro Curbelo ha sentido el calor de los partidos grandes por la diabólica aritmética existente. No obstante, y por cuestiones como la ley de Islas Verdes, la del Suelo, ahora el Fdcan e inversiones varias en La Gomera, parece cada vez más cerca de CC. De hecho, no para de garantizarle el apoyo si hay ruptura, por mucho que esto pueda acarrear problemas en CC si se da un desequilibrio en favor de su isla. Sin embargo, habrá más paradoja si Patricia Hernández acaba de secretaria del PSC y le convence para volver al PSOE, aunque sea con un guión que le permita mantener su nomenclatura actual (ASG-PSOE).

Podemos y NC creen

primordial desplazar a CC

Mientras, las otras dos fuerzas de izquierdas (toda vez que ASG parece una bisagra) se convencen cada día más de que, aunque sea algo excepcional, conviene que el PSC recurra al PP para desbancar por una vez a CC del poder. En ese caso, y con cuestiones como la reforma electoral o el Fdcan, tanto Podemos como NC estarían dispuestos a dar su apoyo.

Valverde, metáfora de la paradoja del PP

Como publicó ayer EL DÍA, y porque El Hierro se dejó fuera del pacto a petición de AHI-CC, el PSOE y el PP presentarían en breve una censura en Valverde si el acuerdo regional sigue. Solo la ruptura en el Gobierno y un pacto CC-PP a esa escala podría abortar la jugada, ya que Clavijo no puede permitirse que AHI pierda el único municipio de los tres de la Isla que le queda, tras la censura en La Frontera (PSC y UF) y pretender que los dos diputados herreños de sus filas se queden indiferentes ante los populares. Esta situación, sin embargo, sirve de metáfora perfecta porque al propio PP regional le pasa algo igual, pero en relación al Gobierno de Rajoy y Génova. Antona no para de recalcar que todo comité local del PP tiene autonomía para hacer lo que crea mejor y que él también tiene libertad para pactar con quien quiera, pero otras muchas fuentes conservadores admiten que, si el partido estatal les prohibe gobernar con CC para no soliviantar al PSOE y poner en riesgo la estabilidad en el Congreso o, al menos, diversos acuerdos, no tendrán más remedio que aceptarlo. Esta es otra de las claves de por qué Clavijo no ha dado aún un golpe sobre la mesa respecto al PSC, toda vez que el apoyo de ASG sí parece tenerlo garantizado hacia un lado u otro. En el PP canario tienen claro que el pacto lógico, por historia y afinidades, es con CC, pero tampoco desdeñan que CC pase por una vez a la oposición. Además, está La Laguna como clave si CC echa al PSOE y se da un contragolpe con información delicada en riesgo.