El vicesecretario de Organización de CC en Tenerife, alcalde orotavense, encargado durante años de la coordinación municipal en la Isla y negociador con los concejales díscolos de Puerto de la Cruz y Arico, Francisco Linares, apuesta por replantear los expedientes de expulsión a la alcaldesa ariquense, Elena Fumero, a los cuatro representantes en la ciudad turística del Norte y a los siete de Granadilla que protagonizaron la moción de censura que desató la tormenta perfecta y un "in crescendo" de diferencias y choques en el pacto con los socialistas. Una crisis que ha acabado con la reciente ruptura del Gobierno regional y un Ejecutivo en solitario de los nacionalistas que Linares considera que se pudo haber evitado si el PSOE hubiera actuado de otra manera, pero que, ahora, los obliga también a "resetear, a hacer un planteamiento nuevo de esos expedientes".

Linares se manifestó así a EL DÍA en una reciente visita a Presidencia del Gobierno. A la salida, el que fuera candidato al Senado por CC en diciembre de 2015 insiste en que el pacto con los socialistas era el mejor para las Islas y que se debería mantener en el resto de instituciones. Sin embargo, cree que todo ha cambiado con la salida de los consejeros del PSC del Ejecutivo autonómico y que el partido, a escala insular, que es el que decide en este caso, ha de analizar si deben seguir o no en vigor los expedientes de expulsión abiertos contra esos ediles por no respetar la consigna regional (nacional) del partido de romper sus actuales alianzas con el PP y CCN para dar las alcaldías de Arico y el Puerto al PSOE y cogobernar con los socialistas. En el caso de Granadilla, la expulsión se debe a una censura sin permiso.

Las asambleas o comités locales en los tres municipios respaldaron por unanimidad la postura de sus concejales.

La visión contraria de CC a escala regional y el resto del pacto

Si CC hace caso a Linares, y en la ejecutiva insular son mayoritarias las voces en su línea, el partido en Tenerife volvería a dejar en evidencia a dirigentes relevantes a escala regional, como el secretario general y ahora consejero de Presidencia, José Miguel Barragán, y el de Organización y portavoz parlamentario, José Miguel Ruano. Ambos son muy críticos con estos ediles y, de hecho, Barragán anunció su dimisión por no impedir la censura en Granadilla, entre otras cosas porque llegó a la conclusión de que el ahora alcalde de CC jamás quiso buscar un arreglo con el PSC. Luego, el partido le frenó su renuncia, aunque probablemente se consumará en el congreso de este marzo. No obstante, y por este reculamiento, Barragán perdió casi toda su credibilidad ante el PSOE, que la mantuvo respecto a estos ediles con Ruano, quien sigue creyendo que deben expulsarlos porque ha quedado muy dañada la imagen de CC y la disciplina interna. No obstante, sabe que su opinión es minoritaria en Tenerife, no así en el Consejo Nacional. La gran incógnita es si esto influirá aún más al PSC para contraatacar con censuras.