El acto de la lectura es íntimo, pero el placer aumenta cuando se pueden compartir impresiones con otros que han leído el mismo texto, pero de manera diferente. El club de lectura de la Universidad de La Laguna (ULL) surgió en 2008 con la intención de ser un espacio de encuentro entre universitarios con ganas de leer. Hace unos años decidió que quería ir más allá: se abrió a ciudadanos ajenos a la institución. Cada viernes, unas 15 personas acuden fielmente a la cita. Desde que empezó han pasado más de 200 y se han leído 55 obras.

Chaxi María Escuela es la responsable del club. Cuando aún era estudiante de doctorado pensó que sería interesante que la Universidad tuviera su propio club de lectura. Al principio se planteó como un punto de encuentro exclusivo para alumnos o trabajadores del centro, pero hace unos años, Chaxi y sus compañeros decidieron abrir las puertas a lectores ajenos a la institución. El boca a boca hizo el resto. "Que se pusiera en marcha y funcione tan bien es responsabilidad de la Facultad de Filosofía y de la Biblioteca", destaca. Chaxi hoy es profesora de ese centro, pero sigue dedicando su tiempo y sus ganas a compartir lecturas con otros.

En el club de lectura de la ULL tienen claro que no son un espacio académico. Quieren que los libros se disfruten y que la cita de cada mes no se asemeje en nada a una clase. "No es obligatorio participar, puedes simplemente escuchar". Es verdad que se hace en un despacho de la biblioteca de Guajara que se parece mucho a un aula pequeña, que hay una pizarra y que siempre alguien presenta la obra y se encarga de moderar el debate que surge a continuación -que se puede prolongar hasta dos horas-, pero no se realiza un análisis pormenorizado del autor o el texto solo apto para expertos. "Es algo más cercano y ameno", asegura la responsable. El objetivo es incitar a la lectura, no que se convierta en algo tedioso o complejo.

Para ello, los libros tampoco se eligen unilateralmente. El sistema es democrático. Se hace una lista, con propuestas de la organización -"siempre atractivas"- y de los participantes, y se vota. Los miembros del club conocen con antelación los tres próximos libros que se van a leer. A veces, incluso, improvisan y se sacan de la manga uno que nadie ha anotado como candidato. "A lo mejor surge en la conversación un título, alguien dice que es muy interesante, que por qué no lo leemos, y si todos estamos de acuerdo, lo decidimos sobre la marcha", explica la responsable. No hay género vetado. Y han leído cómic, ensayo y novelas.

También intentan invitar a personas que tengan algo que decir sobre un libro o un autor en concreto, lo que incluye a profesores expertos en una generación de escritores, pero, también, a alguien que sienta devoción por algún autor o que esté vinculado de alguna forma con una obra. En este último caso se incluye uno de los responsables de la editorial tinerfeña Baile del Sol, que tradujo "Stoner", del norteamericano John Williams, cuando este era un desconocido en España. Después se convirtió en un éxito aclamado por los escritores más relevantes de la literatura española actual.

No hay un perfil del lector que participa en este grupo. Durante estos ocho años ha ido cambiando. Hay gente que venía y lo ha dejado y otros que se han incorporado, pero también algunos que han permanecido invariablemente durante la mayor parte del tiempo. Lo que más ha costado siempre es llamar la atención de los alumnos de la propia Universidad. Ese es el reto que Chaxi se ha marcado ahora.

A pesar de que Chaxi quiere mejorar la difusión entre los jóvenes, el club tiene su propio blog y su perfil de Facebook -ambas plataformas muy activas-, donde se van publicando las novedades e incluso recomendaciones de artículos que aparecen en periódicos o revistas. Además, el club ha participado en encuentros con otros clubes de lectura de la Isla.

La excusa para la cita del viernes fue "El jugador", de Fiódor Dostoyevski. En los últimos meses han leído libros tan distintos como "Los milagros de la vida", de Stefan Zweig, "Fiesta", de Ernest Hemingway, "Los enamoramientos", de Javier Marías, "El cielo es azul, la tierra blanca", de Hiromi Kawakami, "El ruido y la furia", de William Faulkner, o "Todos los fuegos, el fuego", de Julio Cortázar. Para leer sin necesidad de comprar, en el club también informan de bibliotecas públicas donde se pueden encontrar los libros elegidos. El que quiera ser miembro de este club solo debe rellenar un pequeño formulario y, lo más importante, tener ganas.