Han pasado cuatro años desde que a Pedro Ezequiel Yanes le aprobaron la Ley de Dependencia, pero Pedro sigue sin recibir la prestación. Solicitó la ayuda en enero de 2011 y aunque a los doce meses ya lo habían valorado como gran dependiente, cuatro años después tiene que sobrevivir con la pensión no contributiva que percibe. Este hombre de 48 años, al que le amputaron una pierna como consecuencia de su diabetes, no solo no cobra, sino que ha tenido que hacerse cargo de su pareja, diagnosticada con alzhéimer en fase inicial. "Hay que estar aquí para saber lo que es vivir en estas condiciones", cuenta entre lágrimas.

Pedro y Segismundo viven en un pequeño apartamento en Puerto de la Cruz, cerca del Taoro. La vivienda es propiedad del segundo. "Si tuviésemos que pagar un alquiler no sé qué haríamos". Ambos son enfermos crónicos y cobran pensiones no contributivas. Entre los dos no suman mil euros.

Hace años que a Pedro le amputaron la pierna izquierda y varios dedos de la derecha como consecuencia de su diabetes. Tiene una prótesis, pero no la utiliza muy a menudo. Desde que la Seguridad Social se la dio ha pasado tiempo y su cuerpo ha cambiado: colocársela le produce dolor. Hasta hace unos años Segismundo lo cuidaba a él, pero un cáncer, primero, y el alzhéimer, después, los han obligado a intercambiarse los papeles.

El área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz presta ayuda a domicilio a Segismundo. Cada mañana, un trabajador acude a bañarlo. Y, de camino, hace lo propio con Pedro, que no puede ducharse sin ayuda de su silla de ruedas. "Yo no he pedido la ayuda a domicilio al Ayuntamiento, porque si el trabajador lo hace en el mismo tiempo, ¿qué más da? Que se lo den a otro, que hay mucha gente con necesidad".

El resto del día "la casa es una cárcel". Pedro no puede hacer nada. Segismundo no se puede quedar solo y el no tiene dinero. Se queja de que entre los préstamos a los que ha tenido que hacer frente para abonar derramas de la comunidad y gastos imprevistos, el transporte de las visitas al médico o adaptar el baño para poder usarlo apenas tiene para pagar los gastos básicos. "No puedo llevar una dieta de un diabético".

Hace más de un año Segismundo estuvo yendo a Santa Rita gracias a una ayuda del Cabildo. Al final renunció. No se adaptaba. Nunca quería ir y tenía problemas en el centro.

El concejal Víctor Cabo es consciente de la complicada situación que vive esta pareja y está intentando gestionarle una ayuda para que Segismundo pueda ir a Afate. "Estuvo yendo hace unos años, pero solo ir hasta Los Realejos y volver cada día cuesta mucho dinero. Tenemos un coche, pero como no podemos conducir tenemos que movernos siempre en taxi", cuenta Pedro.

La Consejería de Políticas Sociales asegura que está trabajando para acelerar el caso de Pedro y que lo convocará en los próximos días.

Casi 14.000 personas en lista de espera

Según los últimos datos del Sistema para la Autonomía y para Atención a la Dependencia del Imserso, referentes a diciembre de 2016, en Canarias hay 13.911 personas en lista de espera por la Ley de Dependencia. De las 30.763 personas con derecho a prestación, 16.852 están cobrando.

Desde hace algunos meses ya hay más personas recibiendo la prestación que a la espera de cobrarla. Asimismo, se han incrementado las ayudas para el cuidado en el entorno familiar y la cifra de cuidadores no profesionales.

El aumento de presupuesto en el área de Dependencia ha permitido que empiece a desatascarse el sistema, que durante años solo ha permitido la entrada de nuevos usuarios a medida que fallecían los que ya estaban dentro.

Otras comunidades autónomas, de población y dimensiones similares a las del Archipiélago, atienden un volumen de prestaciones mucho más elevado. El hecho de que esa cifra sea menor en la Comunidad Autónoma puede ser consecuencia del funcionamiento del sistema desde que se creó.