Como un regalo atrasado de Reyes, Noemí Santana entregó ayer tres presentes a Fernando Clavijo: una calculadora, un ejemplar del Estatuto de Autonomía y un mapa de Canarias. Con el primero de estos obsequios, la portavoz de Podemos intentaba transmitir al presidente que, por muchas cábalas que haga, no dispone de los suficientes apoyos y está abocado a una moción de confianza.

El pleno se presentaba, inicialmente, como una escenificación de la soledad de Clavijo. En cierto modo, así fue, aunque la disposición al diálogo mostrada por el Partido Popular y el claro respaldo de Agrupación Socialista Gomera permitieron al jefe del Ejecutivo respirar con alivio. Tal vez utilice el regalo de Santana para cerciorarse de que, si las cosas no se tuercen, dispone de 33 apoyos (18 de CC, 12 del PP y tres de ASG) para afrontar con sosiego una etapa de gobierno en minoría que se presume breve.

Tan encantado parecía Clavijo con la actitud de populares y gomeros que se apresuró a aceptar "gustosamente" las condiciones de ambos para el apoyo. Las del PP las encontró "muy interesantes". Por momentos, parecía que en el hemiciclo se negociaba un futuro programa de gobierno.

La expectación generada por la sesión era casi comparable a la que suelen despertar los debates de investidura o del estado de la nacionalidad canaria. Los exconsejeros socialistas Afonso y Morera se encontraban en la tribuna de invitados y fueron objeto de constantes alusiones. El nuevo subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz Guerra (PP), presenció el debate junto a la senadora Carmen Hernández Bento. Viceconsejeros y directores generales de CC engrosaban las filas nacionalistas.

Abajo, los diputados estrenaban su nueva ubicación, fruto del acuerdo unánime alcanzado el martes en la Junta de Portavoces. Patricia Hernández se situó justo frente a Clavijo, mientras que el secretario general del PP, Asier Antona, se sentaba en el extremo opuesto de la misma fila.

Como era de esperar, CC y PSOE discreparon radicalmente sobre los motivos de su ruptura. El portavoz nacionalista, José Miguel Ruano, atribuyó el cese de los socialistas a su abandono de las sesiones del Consejo de Gobierno. "No presentado es suspendido", dijo, incurriendo tal vez en deformación profesional (ha solicitado compaginar su puesto con la docencia en la Universidad).