El rector de la Universidad de La Laguna, Antonio Martinón, avaló ayer la versión dada por el vicerrectorado de Estudiantes de que ningún alumno puede asistir a clase e incluso examinarse sin estar matriculado en el centro. La explicación tuvo lugar después de que la vicedecana de la Facultad de Medicina, Rubi Rodríguez, dijera que su hijo había estado asistiendo a clases un curso antes de estar matriculado y que algunos docentes le guardaron las notas porque la normativa universitaria lo permitiera. "Puedo sospechar que haya ocurrido, pero no tengo pruebas", insistió el responsable.

El rector se reunió ayer con el equipo decanal de la facultad de Medicina, después de que se pusiera en entredicho la actuación de los dirigentes del centro y de la propia universidad en el proceso de admisión de un estudiante. El joven intentó dos veces acceder al centro a través del cupo de discapacidad y lo consiguió a la segunda, pero usando una vía excepcional para alumnos con enfermedades no acreditadas oficialmente, pero con el aval de un tribunal de la propia universidad.

Según declaraciones de la madre del joven, que también es vicedecana de Calidad del centro, el chico fue a clase el curso pasado sin estar matriculado y se examinó de algunas materias porque los docentes tenían previsto guardarle la nota.

El rector defendió también el mecanismo de entrada del chico al centro "dada su situación" y la enfermedad que padece, según explicó.