Los diez despidos en el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) forman parte del plan de reestructuración con el que la empresa pública pretende garantizar su "viabilidad a medio y largo plazo" y solo se ejecutaron después de agotar otras vías, afirmó ayer el gerente del centro, Gabriel Megías. Según Megías, la postura de la dirección -y de la Consejería de Economía, Industria y Conocimiento, a la que está adscrito el ITC- fue "muy clara y homogénea" desde el principio: la reestructuración de la plantilla era necesaria, aunque se trataría de "minimizar" su impacto.

En declaraciones a este periódico, el gerente afirmó que las políticas de personal desarrolladas durante "los últimos cinco o seis años", basadas en las bajas incentivadas, han derivado en un "desajuste" de la plantilla, de manera que los empleos no siempre se corresponden con las necesidades y volumen de trabajo de los departamentos. Tras recurrir a la movilidad interna y descartarse por "los órganos competentes" del Gobierno la reubicación de trabajadores en otras empresas públicas -una medida anunciada por el consejero de Economía, Pedro Ortega-, el Instituto ha optado por diez despidos que, si no cambian las circunstancias, serán los únicos que se lleven a cabo este año, dijo Megías.

Tanto los representantes de los trabajadores como Nueva Canarias (NC) han lamentado que la decisión se adopte cuando la situación económica de la empresa ha mejorado y su carga de trabajo se ha incrementado. En este sentido, el gerente admitió que las pérdidas se han reducido -en 2016 fueron "muy pequeñas"-, lo que ha permitido paralizar parte del acuerdo de rebaja salarial que el personal asumió mediante votación el pasado julio.

Sin embargo, Gabriel Megías advirtió de que esta mejora es "coyuntural", puesto que responde a la captación de varios proyectos europeos y a la encomienda de tareas por parte del Ejecutivo regional que tienen fecha de inicio y de finalización. "Eso ya ocurrió en el pasado y el problema de fondo subsiste; hay que afrontarlo".

La ejecución de esos proyectos europeos requerirá de la contratación de personal técnico de "un perfil diferente" con el que la empresa no cuenta, según el gerente. "Serán contrataciones puntuales, con cargo a proyectos". El error, puntualizó, sería crear una "estructura fija" para actuaciones temporales.

Un "ambicioso" plan de reestructuración

El plan con el que el Instituto Tecnológico de Canarias persigue asegurar su estabilidad es "amplio y ambicioso", según el gerente del centro, Gabriel Megías, que detalla algunas de las actuaciones incluidas en él: medidas de optimización de recursos, el alquiler de algunos espacios, fomento de las colaboraciones con empresas, la creación de una oficina con la que captar más proyectos, mecanismos de control presupuestario por departamentos, cambio en las aplicaciones internas de gestión... A juicio de Megías, es urgente encarar la situación del centro -cuya disolución se llegó a plantear a mediados del año pasado-, una tarea, indica, que en etapas anteriores "no se quiso afrontar".