Gobierna con la minoría más débil desde que, en 1983, Canarias estrenase elecciones autonómicas y en su interior hay más marejada y discrepancias de las que parece, pero CC afronta su congreso del próximo mes mucho más en calma, alejada a priori de personalismos y sin dudas sobre su liderazgo si se compara con sus, aún, dos principales contrincantes en las Islas: PSC y PP.

Como le ocurrió a Rajoy este fin de semana, y pese a estos tiempos de supuesta nueva política, de abanico más plural y crisis persistente (por mucha macroeconomía que se esgrima), el partido que gobierna el Archipiélago desde 1987 puede darse el lujo de presentar su VI cónclave como el escenario perfecto para reimpulsar su proyecto desde la ideas, la transparencia, atendiendo a los nuevos tiempos y sin muchos riesgos de fracturas irreconciliables.

Sin embargo, no todo es tan idílico para los nacionalistas. Ni mucho menos. La ruptura del gobierno con el PSC el pasado 23 de diciembre ha reforzado, necesariamente, la figura de Fernando Clavijo por aquello de que, en momentos críticos y ante una minoría de 18 diputados (21 si se incluye a ASG) por 42 del resto de grupos, lo conveniente es hacer piña y dejar las cuitas familiares o de amigos íntimos para más adelante. Pero, más allá de esto y aunque el liderazgo del presidente no se discute (con la excepción de Paulino Rivero y sus afines, sean más o menos), en el congreso seguro que se escucharán críticas a cómo se gestionaron los últimos meses del pacto con el PSOE, a lo ocurrido con la censura de Granadilla, al peso (para bien o mal) de la supuestamente extinta ATI (Clavijo nunca estuvo afiliado a ella), los incumplimientos locales o de la adenda del pacto.

Desde fuera, se duda mucho de que AHI se desmarque./

Así lo han dejado caer, al menos, dirigentes tan relevantes como los presidentes de los cabildos de Fuerteventura y Lanzarote, Marcial Morales y Pedro San Ginés, quienes, sin dudar del liderazgo de Clavijo, sí cuestionan que el mejor pacto sea con el PP y han planteado abiertamente retomar el acuerdo con el PSOE, aunque para ello haya que cambiar a líderes socialistas, lo que, por supuesto, no asumiría sin más la gestora del PSC. Eso sí, con sus últimos movimientos, al destituir a un cargo del PSOE en su cabildo, Morales ha sembrado dudas sobre su apuesta, pero esta línea la defienden también otras Islas, como La Palma, con un vicepresidente insular, José Luis Perestelo, que ha pasado de criticar al PSOE por pactar con el PP en la Isla Bonita en el mandato anterior a defender ahora con convicción su acuerdo con Pestana.

El último movimiento de Morales le ha alejado del PSC./

Frente a esta visión, la mayoría de CC (algunos con resignación, eso sí) cree que lo más lógico es pactar con el PP una vez pasen los congresos regionales de ambos partidos, sobre todo si el de los conservadores lo gana Asier Antona, que es lo que espera Clavijo. Y más si se atiende a lo que diversas fuentes de CC no paran de resaltar como colchón tranquilizador ante una eventual censura: el compromiso verbal de Rajoy con Clavijo (luego derivado a Cospedal) para no agredirles y, en tal caso, acabar cogobernando desde que se den las circunstancias adecuadas.

Sin embargo, esto no despeja todas las dudas pendientes. Quizás ese apoyo del PP requiere alguna cesión con la reforma del sistema electoral y un movimiento así puede soliviantar mucho a CC en las islas periféricas. De hecho, dirigentes como Antonio Castro (La Palma), Mario Cabrera (Fuerteventura) o, sobre todo, Belén Allende (El Hierro) han dejado claro su rechazo frontal a una lista regional, aunque solo sea de 9 diputados y por mucho que se compense a los majoreros con un escaño más por su crecimiento poblacional.

El congreso, además, servirá para que los herreños de AHI aclaren cuál es esa nueva relación que quieren con CC, en una vuelta de tuerca más a su vínculo de frío y calor, de pragmatismo puro y duro, que siempre han mantenido desde que, en 1993, una unión de partidos casi antagónicos con AIC de espina dorsal dio como resultado CC. Eso sí, la propia AHI tiene una clara división interna, con los partidarios de Allende y los "herederos" de Tomás Padrón.

A esta interrogante sobre AHI se une el distanciamiento del PNC en los últimos meses, primero con su petición de volver a un pacto con el PSOE por su visión de un Estado federal, rechazando un acuerdo con el PP, y la semana pasada al plantear una ecotasa turística (aunque sea con fines culturales y patrimoniales) a la que CC se opone casi con vehemencia. Asimismo, el idilio entre Clavijo y Casimiro Curbelo (ASG) no hace nada de gracia a CC de La Gomera ni tampoco a los palmeros, herreños y demás si eso descompensa las inversiones y equilibrios.

Ni siquiera se descarta que continúe Barragán

El congreso de CC servirá, en principio, para renovar algunos de sus cargos claves, como el de secretario general, que hoy ocupa el consejero de Justicia, José Miguel Barragán. El majorero, que lleva décadas en la "fontanería" de CC y que ha sobrevivido pese a respaldar abiertamente a Paulino Rivero o poner su cargo a disposición por no poder evitar la censura en Granadilla, lleva tiempo deseando dejarlo y confía en que esto se dé en marzo. Sin embargo, diversas fuentes de CC ni siquiera descartan que, como ocurrió cuando el Consejo Nacional no le aceptó la dimisión y le pidió que siguiera por interés coyuntural, la formación le pida mayoritariamente que siga en ese puesto orgánico u otro y que Barragán, "porque siempre antepone a la formación", acabe aceptando una vez más. Lo que sí que se descarta es que su puesto lo ocupe el actual vicepresidente, Pablo Rodríguez, con el fin de reforzar más a CC en Gran Canaria, dado que los estatutos impiden al presidente y vicepresidente regional ocupar cargos como el de secretario. De hecho, cuando llegue el congreso insular en Tenerife se quiere corregir también la situación actual de Clavijo, secretario insular y presidente autonómico. Por tanto, si se apuesta por Gran Canaria, deberá ser por otro nacionalista que no sea Rodríguez, quien presenta este congreso como el más importante de la historia de CC por los décadas que vienen.

Progresismo aglutinador pero puro pragmatismo

En el anterior congreso, CC se definió como un partido nacionalista y progresista. En principio, esta definición no está en duda, pero habría que añadirle el apellido casi nominal de pragmatismo basculante hacia el PP, PSOE o lo que convenga, primero por la imposibilidad de mayorías absolutas en Canarias y, luego, por la coyuntura del partido gobernante en Madrid. De hecho, el aún secretario de Organización, José Miguel Ruano, admite que esta dependencia de pacto ha difuminado la supuesta identidad nacionalista de CC, aunque, al mismo tiempo, en la ponencia ideológica que desarrollará en el congreso elogia ese pragmatismo postideológico por las oportunidades que ofrece para no estar limitados por márgenes estrechos del espectro sociopolítico en un mundo globalizado. De hecho, CC analizará en sus dos primeras ponencias (con la prensa de testigo y para las que ha abierto un periodo ampliado de enmiendas) cómo organizar el nacionalismo en la sociedad actual, con la pluralidad existente y tanto reto socioeconómico. Con la gente como preocupación central, el foco también priorizará la cohesión social y la sostenibilidad.