La llevada a Canarias de inmigrantes irregulares a bordo de pateras o cayucos desde la costa de África cayó el año pasado un 23 por ciento, al pasar de las 874 personas detectadas en 2015 a las 671 que se contabilizaron en 2016, según datos de la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex).
Este organismo europeo atribuye ese descenso a los acuerdos alcanzados entre España, Senegal y Mauritania, que incluyen labores de patrullaje conjunto de las costas y el retorno inmediato de los inmigrantes que son detectados.
Cerca de 10.700 inmigrantes irregulares fueron detectados en 2016 cuando intentaban llegar a España a través de las rutas africanas, según Frontex, que destaca el descenso registrado en Canarias y el récord de la Península Ibérica.
En su informe anual hecho público hoy, la Agencia subraya las cifras de la ruta del Mediterráneo Occidental, que tiene como destino la Península Ibérica y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y en la que se detectaron 10.000 inmigrantes.
Son un 46 % más que en 2015 y un 21 % más que en 2011, el año del anterior récord, según Frontex.
La mayoría de estos inmigrantes eran originarios de Guinea, Argelia y Costa de Marfil y el incremento muestra la creciente presión de la inmigración desde el continente africano hacia Europa.
En el caso de España, la presión fue especialmente fuerte por vía marítima: más de 8.000 inmigrantes fueron detectados al intentar llegar desde Marruecos y Argelia, sobre todo en el estrecho de Gibraltar.
En los pasos de Ceuta y Melilla se registró sin embargo la cifra más baja hasta el momento, alrededor de un millar de irregulares, aunque Frontex recuerda que a finales de 2016 unos 400 subsaharianos, el mayor grupo en una década, saltaron la valla de Ceuta.
A pesar el aumento de inmigrantes hacia España, las cifras se encuentran muy por debajo de las registradas en las otras vías de llegada a Europa.
El informe de Frontex señala que el año pasado llegaron a Europa más de 380.000 extranjeros de manera irregular en 2016 y subraya que se trata de un descenso significativo respecto a 2015, pero reconoce que la cifra es aún más alta que las llegadas registradas entre 2010 y 2014.
Italia y Grecia, con 180.000 llegadas respectivamente, fueron los destinos principales de estos inmigrantes.