La igualdad de género no tiene que ver solo con el número de mujeres que dan clase, sino con la forma en que ellas y ellos imparten la docencia. Casi 100 profesores asistieron ayer al seminario "La igualdad de género en la docencia universitaria como elemento de innovación educativa" para analizar y abordar cómo el sexismo influye en la transmisión del conocimiento. El objetivo, que con el tiempo los currículos vayan cambiando y los referentes que aparecen en los apuntes y en los libros dejen de tener siempre nombre de hombre.

Este empeño en alternar protagonismo no es un capricho. Lo explicó ayer la catedrática de Sociología de la Universidad de Valencia Capitolina Díaz. La docente, que se encargó de moderar el seminario organizado por el grupo de innovación educativa Feminario, reconoció que la actividad docente "está muy sesgada". "Nuestra práctica, nuestro lenguaje, el tipo de ejemplos científicos que utilizamos están centrados en los hombres. Las mujeres no suelen aparecer en la ciencia", lamentó.

"Los profesores asistentes, cada uno en su disciplina, han trabajado y pensado en sus materiales, para ver si son sexistas y si podrían transformarlos", explicó.

Además de los contenidos, Díaz también está convencida de que hay que cambiar los roles que se transmiten desde edades tempranas. Los profesores tienen que promover el papel de las chicas, acostumbradas desde niñas a estar en un segundo lugar o a no tener el foco de atención sobre ellas.

Para cambiar esos modelos hay que empezar por uno mismo. "Los profesores también tenemos sesgos sexistas. Por lo general prestamos más atención a los chicos que a las chicas y reforzamos más la participación de los chicos que de las chicas. Hay investigaciones en Estados Unidos que demuestran que tendemos a favorecer a los muchachos, a evaluarlos mejor, a darles más importancia a los éxitos de ellos que a los de ellas". Hay universidades, como la de Valencia, que ya incorporan asignaturas de coeducación en los grados de Magisterio.

Una de las ideas que más valoró la ponente fue la propuesta por una profesora de la ULL: crear un repositorio de contenidos nuevos que hayan sido elaborados teniendo en cuenta la perspectiva de género. De esta forma, el profesorado podrá usar materiales y no partir de cero siempre, como aún pasa en este campo.

La ausencia de ejemplos femeninos influye en el número de chicas que estudian carreras científicas

Los últimos estudios publicados en la revista "Science" avalan la teoría de que la ausencia de referentes femeninos contribuye de manera negativa en el desarrollo de las vocaciones científicas. El trato que reciben las niñas, desde pequeñas, influye en su relación con los saberes científicos o técnicos. Ellas tienden a verse menos capaces y optan por desarrollar estudios que a priori parecen más sencillos. Introducir la perspectiva de género en el trato y en el currículo tendría un efecto medible en este sentido, considera.

Una sesión solo para los docentes y otra para los alumnos

El seminario de la ULL seguirá hoy con una jornada solo para alumnos. Se trabajará con ellos para que sean conscientes de que esa perspectiva de género existe, "aunque a veces no nos demos cuenta". A continuación se abordará cómo esos sesgos de género tienen efecto en el aprendizaje científico. "Es importante transmitir que no podemos cambiar si no queremos cambiar", explica Díaz. Para la experta, la acogida que ha tenido el seminario de la ULL ha sido toda una sorpresa. "Se nota que hay una sensibilidad por el tema que ha calado, y eso es muy importante".