El Ministerio de Sanidad ha suspendido eventualmente la vacunación, prevista dentro del calendario, a niños de 14 años de la última dosis de difteria y tétanos (Td) por falta de suministro a nivel mundial. Es lo que ha acordado la Comisión de Salud Pública, órgano dependiente del Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud, en una reunión ordinaria el pasado 9 de febrero de 2017.

Esta decisión afectará en Canarias a 19.913 jóvenes que este año cumplirán dicha edad. Del total de afectados, se suministrará una dosis a aquellos que tengan una "urgencia teratogénica", según afirmó Luis Ortigosa, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría y del Gobierno de Canarias. Como por ejemplo, a aquellos que tengan contacto directo con un hierro o un metal, que necesitarán una dosis de tétano. Aunque Ortigosa recuerda que las "heridas teratogénicas" ya no son tan "importantes" y cada vez hay menos tétanos y más "calidad de vida".

Es la segunda vez que ocurre algo similar, pues en 2015 también se suspendió temporalmente la dispensación de la vacuna trivalente de difteria, tétanos y tosferina (DTPa) para niños de 6 años por la misma razón: falta de suministro a nivel mundial. Estos niños, que a los 6 años no recibieron su vacuna, siguen esperando un año y dos meses después de que se diera la orden de suspender la dosis. Se calcula que podrían estar afectados alrededor de 37.000 niños en Canarias que este año deben cumplir los 8 años.

Aunque estamos ante una situación "difícil", Ortigosa llama a la "tranquilidad". Petición que también realiza Amos García Rojas, jefe de sección de epidemiología y técnico de la Dirección General de Salud Pública, adscrito a la Consejería de Sanidad.

"Son dosis de recuerdo, los niños están protegidos porque ya en los 2 primeros años se les han suministrado 4 dosis de estos antígenos". En concreto a los dos, cuatro y once meses.

Toda esta situación se ha generado porque los dos únicos laboratorios que fabrican estas vacunas a nivel mundial, Sanofi y GlaxoSmithKline, tienen problemas de producción. "Estos tres antígenos - difteria, tétanos y tosferina - son la base de casi todos los calendarios de vacunación", explica Pedro Alsina, relaciones públicas de Sanofi Pasteur. Alsina también explica que el proceso de producción de una vacuna puede prolongarse desde los 12 meses hasta los 22 meses y "gran parte de ese tiempo son controles de calidad".

"Para crear una vacuna se deben cultivar por separado los antígenos que se vayan a utilizar. Una vez realizada esta acción, se utiliza una parte concreta de la bacteria que pueda generar una respuesta antigénica", explica. Sin embargo, cuando ese proceso biológico tiene problemas, como puede ser una mala reproducción o la contaminación de la sala, se genera lo que las compañías llaman "problemas de producción".

En tan solo dos años, ambas compañías sufrieron problemas de producción, lo que, unido a un incremento de la demanda, generó la situación actual de desabastecimiento. "El problema vino con los picos de tosferina", explica Tamara Tierra Arteaga, enfermera y responsable de vacunas en el centro de salud de La Cuesta, en La Laguna, una profesional que, al igual que muchos otros, ha tenido que "dar la cara" para explicar a los padres que no se le iba a suministrar a su hijo la vacuna de los 6 años.

El pico de demanda, según Pedro Alsina, ocurrió porque se detectaron casos de lactantes de menos de dos meses que padecían tosferina, lo que derivaba en su muerte. "La primera dosis de la vacuna hexavalente - de seis antígenos -se suministraba a los dos meses, lo que dejaba a los niños sin protección esos primeros meses de vida", explica Alsina, "por eso, se decidió empezar a vacunar a las embarazadas de forma prioritaria". De esta manera, ellas mismas trasmitirían al feto esta protección.

Al respecto de la solución a este problema, Amos García informa de que llegará pronto y espera que para este año pueda volver a suministrarse dichas dosis. Por su parte, Luis Ortigosa, considera que esta situación de desabastecimiento "debe" solventarse antes de que pase un año.

La fabricación es cosa de dos

En todo el mundo solo dos compañías farmacéuticas trabajan creando estas vacunas. El oligopolio tiene una consecuencia clara: si hay un fallo de producción, los recursos disminuyen y no hay nadie más que pueda asumir su producción. Según Pedro Alsina, relaciones públicas de Sanofi Pasteur, una de las únicas productoras de la vacuna, "a pesar de lo que se diga, las farmacéuticas no se forran con las vacunas". "No es un mercado atractivo desde el punto de vista económico", insiste, lo que ha generado que en el mundo se haya pasado de unos 26 fabricantes a tan solo 5 o 6, de los que solo dos trabajan vacunas combinadas. Los precios son bajos, la producción compleja y existe una falta de predictividad en el mercado que impide a la empresa saber cuántas vacunas fabricar a largo plazo.