Su centro, la Clínica Nivaria, con motivo del día mundial del glaucoma, ha anunciado una campaña de detección precoz de esta enfermedad. ¿En qué consistirá?

Como bien dice, el 12 de marzo se celebra el día de esta enfermedad que, según la OMS, afectará a 11 millones de personas en el mundo y nos ha parecido una buena idea realizar una campaña mediante la realización de lo necesario para poder concienciar y descartar esta patología.

Se habla del glaucoma como una enfermedad silenciosa, ¿a qué se debe?

Se debe a que el glaucoma más común es el denominado crónico, que no presenta síntomas hasta estados avanzados, cuando ya se ha perdido una parte importante del campo visual que entonces es imposible recuperar, pérdida que se podría haber evitado si el paciente se hubiera realizado una exploración oftalmológica rutinaria.

¿Y en qué consiste la enfermedad?

La enfermedad se produce cuando la presión de globo ocular daña el nervio óptico y sus fibras que son los encargados de transmitir al cerebro las imágenes de nuestro entorno. Suele deberse a una alteración en el drenaje del líquido que contiene y nutre el ojo (el humor acuoso) a veces determinado genéticamente.

¿Y esa pérdida de visón progresiva no es detectada por los pacientes?

Así es en el caso del glaucoma crónico (el más frecuente). Si bien en el caso del glaucoma agudo se caracteriza por dolor importante y en el de tipo congénito por síntomas visibles como aumento de tamaño ocular desde las primeras semanas o meses en el bebé, en el glaucoma crónico la pérdida de visión comienza en la periferia del campo visual, lo que nuestro cerebro es capaz de compensar en un principio, hasta que la pérdida es importante y sólo se respeta la visión central (la que más usamos) y el paciente empieza a tener tropiezos con objetos de su entorno que no advierte, o es incapaz de detectar personas que se acercan por su entorno no frontal.

¿Cómo se trata esta enfermedad?

En etapas precoces es suficiente con la instilación en el ojo de colirios hipotensores sumado a un seguimiento periódico con la realización de pruebas específicas, aunque hay a menudo casos en los que esto no es suficiente y se requiere de la cirugía, que va desde la realización de fístulas simples con láser hasta la implantación compleja de válvulas.

La revisión de la vista, aún cuando no se tienen problemas, es importante. En el caso del glaucoma ¿con exámenes oftalmológicos periódicos que consigan la detección temprana y el tratamiento puede preservarse la vista?

De hecho la detección precoz es nuestra única opción, ya que la visión perdida no se recupera, y sabemos que no existe tratamiento preventivo. Hay que saber que aproximadamente el 2% de la población mayor de 40 años presenta sin saberlo una elevada tensión intraocular sin presentar todavía glaucoma y que con el tratamiento y seguimiento adecuados nunca lo presentarían. Es por esto que por encima de esa edad todos los organismos de salud preventiva recomiendan una revisión oftalmológica al menos bianual, aunque no presentemos ninguna sintomatología visual.

¿Cuentan en su centro con la tecnología necesaria para la detección del glaucoma?

En nuestro centro contamos con todo lo necesario para el diagnóstico y seguimiento del glaucoma al más alto nivel, y con profesionales que acreditamos publicaciones científicas y experiencia quirúrgica al respecto. En ese sentido es de destacar la disponibilidad por ejemplo de tomografía óptica de coherencia para el análisis del nervio óptico, la perimetría computerizada, nuestra experiencia en implantación quirúrgica avanzada...

Usted ha detectado y curado a muchas personas con problemas muy serios en la vista. ¿Cuáles son los casos más curiosos o llamativos?

Uno de los últimos ha sido el de una joven con ceguera casi completa debido al padecimiento de glaucoma congénito en la que le hemos conseguido preservar la visión casi perdida de su único ojo gracias a un implante valvular, habiendo recuperado actualmente su capacidad para realizar su vida habitual, este tipo de casos nos llenan de satisfacción, al igual que aquellos que conseguimos que no lleguen a progresar.