El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha instado al cuerpo a tomar medidas contra un mando de Las Palmas de Gran Canaria al que acusa de incitar al uso de medidas de reducción de detenidos contrarias a su código ético, como "la patada en la boca", y de exponer a riesgos a sus agentes.

El SUP denuncia que los jefes del Cuerpo Nacional de Policía están reaccionado con "pasividad" ante sus quejas por la conducta de un inspector que está al mando de uno de los grupos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la provincia desde marzo de 2016.

El sindicato sostiene que ese inspector se dirige a sus agentes con términos peyorativos, como "mercenarios", interfiere en sus planes de formación y descalifica el sistema de trabajo que seguían antes de su llegada.