"No podemos permitir que se retroceda en materia de igualdad: se involuciona muy rápido, pero avanzar solo un poco cuesta mucho". El equipo directivo del IES San Matías -tres mujeres- insiste mucho en la necesidad de preservar las victorias que se han conseguido y de seguir persiguiendo las que quedan pendientes. El camino ha sido duro, pero aún queda. Esta semana todos los alumnos -unos 600- guardaron un minuto de silencio por las últimas mujeres asesinadas. La directora del centro, May Bretón, fue aula por aula para recordar a las víctimas. Cada vez que entraba en una clase repetía: "si es amor, no es dolor".

El IES San Matías ganó el año pasado el premio que otorga el Instituto Canario de Igualdad (ICI) al mejor proyecto educativo. En casi todos los pasillos del centro pueden leerse reivindicaciones en favor de los derechos de la mujer. Hay viñetas, eslóganes o noticias donde ellas son las protagonistas. En una de las salas de uso común cuelga uno de los murales que hicieron el ocho de marzo del año pasado con motivo del Día Internacional de la Mujer: "No puedo ser la mujer de tu vida porque soy la mujer de la mía". May cree que hay ideas que los chicos tienen que aprender a disociar. "Hay sentimientos que no pueden ir unidos y hay eslóganes que tenemos que seguir pronunciando".

El centro se adhirió hace tres cursos a la Red Canaria de Escuelas para la Igualdad, un programa de la Consejería de Educación, pero el interés por eliminar estereotipos sexistas y promover el respeto entre los alumnos no es tan nuevo. La incorporación a esta red se hizo después de que Yeni Bacallado se acreditara en Igualdad y se "institucionalizara" el trabajo que ya llevaban a cabo. Nada más entrar en este club, el instituto recibió el premio.

La programación que presentaron se dividía en tres líneas de acción: prevenir la violencia de género -"esa es la línea estratégica que seguimos, porque ya vemos cómo están las cosas"-, acabar con la LGTBfobia y promover la visibilidad de la mujer.

Las profesoras insisten en que su labor no es solo un acto de responsabilidad, sino de necesidad. La batalla contra el machismo hay que librarla desde todas las trincheras posibles, pero en zonas socialmente muy deprimidas, la escuela desempeña un papel fundamental.

"La igualdad forma parte de la cultura de este centro, entre otras cosas por el contexto social", explica la directora. "Es una necesidad". Esta forma de educar en valores ha repercutido en la convivencia escolar. "Este proyecto ha ayudado a que el clima cambie de la noche al día".

La percepción no es solo de la directora. Yeni llegó hace cuatro cursos desde un centro de Cabo Blanco, en el sur de Tenerife. "Me di cuenta de que aquí había que trabajar más la igualdad", afirma. "Lo notas hasta en las aulas: a veces los alumnos no tratan igual a los profesores que a las profesoras". Hoy es consciente de la evolución, aunque quede por hacer.

En el centro no inciden solo en la igualdad de género y en el respeto hacia la mujer. Dedican muchos esfuerzos a acabar con cualquier tipo de conducta discriminatoria, especialmente la LGTBfobia. En este campo es, quizás, donde mejores niveles de tolerancia se han alcanzado. A los alumnos del San Matías les cuesta más dejar atrás los roles tradicionales de hombres y mujeres que respetar la orientación sexual de sus compañeros. Comprobar que es así ha sido una sorpresa para las profesoras. La tolerancia es motivo de orgullo y las docentes reivindican ese gran logro.

Hay tres fechas marcadas en el calendario del IES San Matías: el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer; el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer; y el 17 de mayo, Día de la Diversidad Afectivo-sexual. Esas fechas son "especiales", pero el trabajo no cesa el resto del año. Asociaciones como Algarabía o Mercedes Machado, además del Cuerpo Nacional de Policía, con su proyecto para combatir el ciberacoso, pasan por el instituto a lo largo del curso. La dirección programa sesiones para que los profesionales ofrezcan a los alumnos otra perspectiva de la igualdad y de todo lo que se entiende por machismo o xenofobia.

El resto de proyectos en los que también participa el instituto -el de promoción de la lectura, el de etnografía o el de escuelas promotoras de la salud- orbita en torno a la temática de la igualdad. Han leído libros como "El infierno de Marta", sobre una joven maltratada que lucha por salvar su vida, y analizan el sexismo en la música -reguetón- o la publicidad.

La implicación de toda la comunidad educativa quedó plasmada el año pasado en un emotivo vídeo. Personal de Administración y Servicios, profesores y alumnos se pusieron delante de la cámara para reivindicar que todos somos iguales. El trabajo es una sucesión de escenas, cada una de ellas protagonizadas por dos personas que bailan mientras se intercambian carteles que relevan su supuesta orientación sexual. Todos son en algún momento bisexuales, homosexuales o heterosexuales. La grabación termina con un mensaje unánime: somos personas.

Las profesoras trabajan así la empatía, pero tampoco han olvidado que para cambiar la realidad hay que usar otro vocabulario. El lenguaje coeducativo no solo se ha incorporado en todos los trámites administrativos del instituto, sino que los docentes de todas las asignaturas intentan visibilizar el papel de la mujer poniendo ejemplos en los que ellas sean las protagonistas. Y cada año traen al centro dos exposiciones, coincidiendo con alguna de las fechas claves. Han hecho muestras de la mujer aborigen o científica con ayuda de entidades como la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia.

"Los chicos siguen teniendo arraigado el papel de que la mujer tiene que ser sumisa, no se puede vestir de determinada forma o hacer ciertas cosas si es mi novia. Pero también se ve en las chicas. Ellas mismas te dicen que no se puede ir provocando. Es difícil ir erradicando estas ideas, hay que trabajar mucho", señala la coordinadora.

La implicación de las familias influye mucho en la percepción que tienen los adolescentes de la igualdad de género. "Las madres de estos chicos no aceptan ya esa concepción de la madre en casa y el hombre trabajando. Tienen claro que quieren educar a sus hijos y a sus hijas en igualdad. No tanto por la educación que ellas han recibido, sino por la conciencia social que existe ahora; son conscientes de la situación por la que pasaron y no quieren reproducirlo", explica May.

Para que la labor del centro no se quede de puertas para adentro, el instituto colabora con la asociación de vecinos en varias iniciativas, como el Proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (ICI) en Taco, que "apuesta por la convivencia y la cohesión social a partir de la consolidación del proceso comunitario".

La vicedirectora, Sisa Padrón, está convencida de que en los últimos años se ha ido hacia atrás y recalca la importancia de continuar poniendo en marcha campañas de concienciación. La crisis ha reducido la inversión en acciones de sensibilización y la memoria colectiva se ha resentido. Es una advertencia que también ha hecho en varias ocasiones el Instituto Canario de Igualdad y en la que coincide May. El olvido está teniendo un efecto perverso en la percepción de los jóvenes de la desigualdad y de su vínculo con la violencia de género.

"Nuestra generación fue la que conquistó los derechos de la mujer, por eso sabemos lo importante que es preservarlos. Hay situaciones que hemos vivido que te marcan y que no puedes olvidar nunca. Los chicos de hoy nacieron en otra época, con muchas cosas hechas, pero nosotras sabemos que no podemos permitirnos dar ni un paso atrás", explica May.

Un vistazo al mapamundi demuestra, así y todo, que España está entre los países donde más se respetan los derechos de la mujer. En clase también enseñan las diferencias que hay entre nacer en la Unión Europea o en países como Arabia Saudí.

"Respecto a muchas partes del mundo o a lo que vivieron nuestras madres o abuelas, nosotras estamos en un mundo privilegiado. Pero también es verdad que hay una gran diferencia entre los derechos que hay por escrito y las opciones que tenemos de ejercerlos luego. No hay tanta brecha como antes, pero sigue existiendo. Lo vemos con el techo de cristal o en muchas entrevistas de trabajo. Las mujeres seguimos teniendo que aguantar que nos pregunten si estamos casadas o si vamos a tener hijos en entrevistas de trabajo. Hay profesiones que se han feminizado, pero ¿llegamos a los puestos altos?", se pregunta la directora.

No se trata solo de que en muchas empresas no quieran perder a una trabajadora por una baja de maternidad, sino que la responsabilidad de criar a los hijos sigue recayendo sobre ellas en muchos hogares. Solo hace falta ver las estadísticas de excedencias para el cuidado de los hijos o un dato tan significativo como cuántos padres se reúnen con los profesores: en el IES San Matías el 99% son madres.

En la construcción de esta brecha no influye solo la discriminación del hombre hacia la mujer, sino los roles que se asumen de manera inconsciente. A muchas mujeres les cuesta delegar determinadas responsabilidades. "A veces nosotras somos nuestras principales enemigas", advierte.

Para seguir derribando barreras, el San Matías está trabajando ya la celebración del 8 de marzo. Cada panel se dedicará a las mujeres en algún ámbito científico. Habrá uno para el romanticismo, el cine, el deporte o en la ciencia, pero, también, uno para las mujeres "en la adversidad". En este espacio se rendirá homenaje a quienes, además de tener que sortear los obstáculos que la condición femenina coloca en el camino, han padecido alguna enfermedad. "Aquí tenemos muchos niños con necesidades educativas especiales, y si ya es difícil tirar para adelante con una discapacidad motórica o intelectual, imagínate siendo mujer".

50 nuevos docentes acreditados cada año

El número de profesores canarios que se acreditan para desarrollar políticas de igualdad en colegios e institutos crece a razón de 50 cada año. La Consejería de Educación y Universidades quiere que todos los colegios e institutos del Archipiélago cuenten con un docente encargado de implantar y coordinar estas medidas. La función de este profesional es promover una igualdad efectiva entre hombres y mujeres, prevenir el acoso escolar por motivos de homofobia o transfobia y fomentar el respeto hacia la diversidad familiar, entre otros objetivos. Las Islas tienen en torno a 200 profesores acreditados.

Centros comprometidos

Tras completar una etapa de formación sobre los valores relacionados con la igualdad y cómo trabajarlos en el centro, los participantes diseñan un proyecto anual para el centro que es sometido a evaluación. Superado este proceso y puesta en marcha la iniciativa, esta se aplica de forma transversal y compromete a todo el profesorado y todas las áreas del centro.

May Bretón

directora del ies san matías

Yeni Bacallado

coordinadora de igualdad del san matías