La sangre va y viene. Es nuestra más fiel compañera, tan importante como el aire que respiramos, pero más indispensable que este, pues es el motivo que nos hace estar vivos. Recorre nuestro cuerpo en viajes de, aproximadamente, 20 segundos, y puede salvar vidas, pero solo cuando se tienen suficientes reservas, y para tenerlas se debe donar. De conseguir estas donaciones se encarga en las Islas el Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH), que almacena la sangre a buen recaudo para usarla en el momento oportuno.

Aunque no hay diferencias entre sangres a la hora de funcionar, respirar, moverse y hacer vida normal, cuando perdemos sangre "necesitamos que sea compatible con la nuestra", explica Sabin Urcelay, coordinador del trabajo de promoción de la donación de sangre de la Sociedad Española de Trasfusión Sanguínea.

Y es que existen hasta ocho tipos de sangre si tenemos en cuenta los grupos del sistema BO y del RH. Del grupo del sistema BO hay cuatro tipos: A, B, 0 y AB; y del sistema RH, dos: negativo y positivo. Ambos sistemas se juntan y forman el tipo de sangre que tiene cada persona. Diferenciarlos es sencillo. Si nuestros glóbulos rojos llevan de pasajero un antígeno en su superficie serán A, B o AB, pero si viajan solos serán del grupo 0.

Esta es la razón por la que los grupos cero son compatibles con más tipos de sangre. En este caso, la 0 positivo puede ceder sangre a todos los grupos positivos, mientras que el 0 negativo puede darle a todos porque no tiene ningún antígeno encima, con lo cual es compatible. Sin embargo, el cero negativo solo puede recibir transfusiones de su mismo grupo, "porque el cuerpo crea defensas y lo destruye", según informa Urcelay. La sangre del grupo 0 negativo se conoce como ''sangre universal'' y, por eso, los bancos de sangre están "más tranquilos" cuando hay bastantes reservas "porque en caso de urgencias de transfusión" es el comodín.

Silvia Fumero, responsable de hemovigilancia en el ICHH, corrobora esta realidad al afirmar que el grupo 0 negativo se utiliza en "urgencias desesperadas". En Canarias, el grupo predominante es el A y el 0, con predominancias del 45% y el 43%, respectivamente. Del grupo B hay un 9% y del AB, el menos numeroso, un 3%. Además, el 85% de la población canaria tiene un RH positivo, mientras que del negativo solo hay un 15%, según datos del propio instituto.

"Una sola donación, puede salvar tres vidas" y si "cuatro de cada 100 personas acuden a donar dos veces al año" tendremos reservas para todos, según asegura Urcelay. De hecho, Fumero recuerda que los hombres pueden acudir a donar hasta cuatro veces al año, cada tres meses, y las mujeres tres cada cuatro meses. La diferencia entre ambos se basa en la menstruación. "Las mujeres ya pierden una cantidad de sangre cada mes, por ello para compensar no dejamos hacer donaciones tan a menudo".

En esta línea, para que nuestro sistema se mantenga, se debe hacer un esfuerzo que, en la mayoría de casos, no conlleva más de 20 minutos en total, de los que siete tendrán que ver con la extracción. Estas donaciones, llamadas "normales", se pueden realizar en unidades móviles, puntos fijos de extracción, hospitales y en la sede del ICHH de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria.

De cada bolsa de sangre donada se extraen tres productos: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Los glóbulos rojos son vitales cuando "hay una necesidad de transfusión, ya sea por un accidente o una intervención quirúrgica", explica Urcelay. Por su parte, las plaquetas tienen funciones coagulares, y se utilizan para personas que están tratadas con quimioterapias o radioterapias, para trasplantes de médula y para cualquier persona cuya sangre no coagule con normalidad. Por último, el plasma, una sustancia que contiene pequeños subproductos que se deben obtener de manera industrial. La única manera de conseguirlos es mandando la muestra a Grifols, una fábrica catalana, que después la reenvía al centro en forma de medicamentos para hemofílicos o basados en inmunoglobulinas. Cada uno de estos productos se separan de la sangre donada al principio, por tanto, pueden ayudar hasta a tres personas, "o incluso más, con los subproductos del plasma", afirma Urcelay.

Por otra parte, también existe un tipo de donación llamada aféresis con la que se puede extraer, en el momento, cualquiera de los componentes de la sangre. Esta técnica se utiliza, sobre todo, para poder donar solo plaquetas o solo plasma y se tarda entre 30-40 minutos en sustraer la sangre. "Lo que no se usa de la sangre se devuelve al donante y los glóbulos rojos vuelven a regenerar esos componentes perdidos (plaquetas y plasma)", explica Silvia Fumero, que además afirma que esta es la técnica que da "más rendimiento". Sin embargo, no todo el mundo puede optar a esta donación. En total hay tres requisitos indispensables para poder donar con la aféresis: "haber donado antes, tener un nivel de plaquetas normal y un buen acceso venoso", según afirma Silvia Fumero. Aunque tampoco todo el mundo puede donar en el sistema tradicional.

Se debe tener entre 18 y 65 años y pesar más de 50 kilos. Tampoco se puede donar con una anemia, al haber sufrido un infarto, si se tiene epilepsia diagnosticada o si se ha tenido una relación de riesgo con la que pueda haberse contagiado de VIH u otra enfermedad. En este último caso Fumero recuerda el llamado "periodo ventana". Es un tiempo, que comprende unos días, en el que los test no detectan si hay infección en la sangre, "por eso es necesario hacer muchas preguntas para poder corroborar que hay peligro".

En definitiva, si la sociedad canaria quiere cambiar la situación, "lo tiene muy fácil, debe acudir a donar". Porque, como reflexiona Sabin Urcelay, "si yo me pienso 10 minutos que el día de mañana quiero que mis hijos tengan sangre, te aseguro que al día siguiente acudo a donar".

A la cola de España

Canarias está a la cola de España en donaciones de sangre, tan solo supera a Melilla. Quizás esto se deba al turismo, según relaciona Sabin Urcelay, coordinador del trabajo de promoción de la donación de sangre de la Sociedad Española de Trasfusión Sanguínea. Urcelay, explica que en el Archipiélago, muchísima parte de la población es extranjera y "donan en su país o en su comunidad, pero si tienen un accidente, la sangre que se usará para la intervención será de los isleños que han acudido a donar". El coordinador asegura que, por esta razón, Canarias "es uno de los sitios más complicados para conseguir mantener las reservas de sangre" e insiste en que "no es comparable la facilidad que tienen otras provincias" para ser autosuficientes.