A pesar de que el conocimiento general de la medicina se ha generalizado en la población, todavía son muchas las dudas e incluso "miedos" que asaltan a cualquier persona que debe afrontar una prueba médica o una intervención quirúrgica.

Así, por ejemplo, el uso de la anestesia, sus indicaciones, cuáles son los efectos secundarios o el abordaje del dolor son algunas de las cuestiones que con mayor asiduidad trasladan los pacientes a los especialistas.

Precisamente para desmitificar esas "leyendas urbanas" y aportar rigor científico, Elena Espinosa, jefa del servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria responde a 10 de las dudas más frecuentes.

Empecemos por el principio, la "anestesia" es el uso de medicamentos y técnicas que se aplican durante la cirugía monitorizando que no exista dolor para realizar dicha intervención con seguridad y confort, manteniendo controladas en todo momento las constantes vitales.

Existen 3 tipos principales de anestesia. Por un lado está la anestesia local, que es la que "duerme" una pequeña parte del cuerpo para cirugía menor, por ejemplo, cuando se quita una pequeña lesión de la piel, según explica la doctora. Luego está la anestesia regional que es aquella que "bloquea" el dolor de la cirugía de zonas completas del cuerpo como las piernas, los brazos o el tórax mediante el bloqueo de nervios periféricos, y por último, la anestesia general que es la afecta al cerebro y al resto del cuerpo.

Pero ¿cual es la diferencia entre "sedar" y "dormir"? "Las sedaciones son anestesias con menos nivel de profundidad que se aplican en procedimientos de corta duración o en aquellos que son poco dolorosos y que no precisan de anestesia profunda para realizarse", explica Espinosa.

La doctora recuerda que los anestesistas hacen "mucho más" que anestesiar o dormir a un paciente. "Durante una operación quirúrgica se producen muchos cambios en el organismo debido a la agresión que significa la cirugía, nuestro trabajo es cuidar del paciente en su conjunto, tratando de minimizar el daño que recibe y protegiendo sus órganos para que funcionen adecuadamente", explica.

La doctora informa de que en la operación ha ocurrido, aunque casos "extremadamente raros", que el paciente pueda sentir y oír lo que pasa a su alrededor, pero no hablar. Este fenómeno solía pasar "hasta hace unos años porque no se disponían de monitores que medían la profundidad anestésica". Sin embargo, hoy en día se cuenta con esta tecnología que permite saber qué grado de profundidad de "sueño" tenemos, por eso es muy difícil que haya despertares intraoperatorios.

Espinosa asegura que la anestesia es "muy segura, y "las complicaciones son extremadamente raras y habitualmente controlables". De hecho, afirma que en los últimos 20 años la tasa de mortalidad por anestesia se ha reducido unas 25 veces, hasta la actual tasa de 1 por cada 250.000.