Vivir con un párkinson, es difícil. La calidad de vida es "muy mala" tanto para el paciente como para el cuidador. Los daños son irreparables y la degeneración es muy grande. Además, en Canarias, afecta a unas 7.000 personas, una cifra que aumenta con la edad, ya que, a partir de los 85 años, pasa de afectar al 0,3% de la población a hacerlo al 4%.

El objetivo de los neurólogos es conseguir realizar un diagnóstico más temprano así como optimizar los tratamientos, pues no hay un solo párkinson sino muchos, y por ello hay que tratar cada uno teniendo en cuenta sus especificidades. "Es una enfermedad muy cambiante tanto en su evolución individual, como de una persona a otra", aseguró José Matías Arbelo, neurólogo del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.

Por eso, durante el día de ayer se reunieron casi 200 neurólogos de toda España para repasar y actualizar conceptos sobre la enfermedad en Las Palmas de Gran Canaria, una conferencia de la que Matías Arbelo también forma parte a través del comité organizador.

A lo largo de las ponencias se explicaron las causas patogénicas, los síntomas no motores que preceden a la enfermedad, y, en esta línea, cómo detectarla precozmente en esa fase. También se discutió sobre el desarrollo de nuevos medicamentos y sobre la personalización del tratamiento.

Y es que no todo empieza con un temblor, de hecho, "el 40% de ellos" no empieza de esta manera. El párkinson puede aparecer en fenotipos muy diferentes y sin dar señales de deterioro motor. En esta línea, el especialista insistió en que, al principio de la enfermedad, se puede generar demencia, complicaciones psicológicas, inestabilidad o pérdida de equilibrio.

Aunque se busca detectar el padecimiento "lo más precozmente posible", aún queda camino por recorrer. De hecho, a día de hoy, según afirmó Arbelo, es "muy difícil establecer grupos de pacientes que tengan el mismo párkinson". En cuanto a un posible nuevo tratamiento, informó de que se está "ensayado a nivel experimental -con ratones y monos- con fármacos que podrían prevenir el párkinson". Sin embargo, afirmó que "es muy difícil reproducir estos procedimientos en humanos".

No obstante, consideró que reuniones como la realizada en la jornada de ayer deberían servir a los pacientes como una "inyección de optimismo", ya que pueden ver cómo se "hacen cosas" para mejorar sus condiciones de vida. Matías Arbelo recordó que una de las recomendaciones más importantes que hace a los pacientes de párkinson es que hagan ejercicio físico y acudir a rehabilitación para retrasar el avance de la afección.