El consejero de Justicia y Presidencia, José Miguel Barragán, negó ayer que el Gobierno tenga una doble vara de medir a la hora de ejecutar sentencias de cierre de medios y aseguró que los casi dos años que han pasado tras la sentencia que obliga a clausurar Mi Tierra TV, cuyos estudios se sitúan en el Puerto de la Cruz, se debe a la complejidad del caso, y no precisamente a afinidades.

Barragán aprovechó el propio enunciado de la pregunta realizada por el diputado de Podemos Francisco Déniz para subrayar que esa emisora ha cambiado varias veces su nomenclatura nominal y jurídica para intentar burlar los precintos y que, por esa causa, se ha complicado el proceso.

Su respuesta, sin embargo, no convenció a Déniz, quien, siendo aplaudido por buena parte de la Cámara, censuró que haya gobiernos de CC y PP que contribuyen con esta cadena con publicidad pública. A su juicio, y frente a la celeridad con emisoras de radio ya cerradas, no se ha actuado con diligencia ante una cadena "que se ríe de los homosexuales", ataca al que opina diferente y "está generando fascismo puro". Según advirtió, "Trump ganó por este tipo de apoyos en EEUU", mientras Barragán recordó los ataques que él recibe de ese medio.