El presidente de Repsol, Antonio Brufau, manifestó ayer que la oposición que su compañía se encontró en Canarias cuando intentó buscar hidrocarburos a unos 60 kilómetros de Lanzarote y Fuerteventura le pareció "tercermundista". "Fue un dolor de muelas".

En una entrevista en la COPE en la que habló sobre el importante yacimiento petrolífero que Repsol ha encontrado en EEUU, Brufau señaló que las autoridades de Alaska les han felicitado el hallazgo, a diferencia de lo que les ocurrió en Canarias, donde sus prospecciones chocaron con una fuerte oposición del Gobierno autonómico, los cabildos y todo tipo de colectivos sociales.

"Lo que pasó en Canarias a mí me pareció una pena, me pareció tercermundista", dijo Brufau, quien añadió que "pensar que la modernidad pasa por no tener energía es tanto como insultar a los países emergentes que necesitan energía para crecer".

Repsol abandonó la exploración en Canarias al verificar que el yacimiento de gas que encontró no tenía ni la cantidad ni la calidad suficiente para que su comercialización fuera rentable, lo que el presidente de Repsol lamentó, pues ese proyecto hubiera cambiado "en parte" el modelo económico de Canarias, dependiente del turismo.

El presidente de la multinacional española dijo ayer que su compañía ha invertido unos 1.000 millones de dólares (941,17 millones de euros) en Alaska desde que en 2008 comenzó a buscar petróleo allí, donde ha hecho el mayor descubrimiento de crudo en los últimos 30 años en Estados Unidos. Brufau manifestó que este hallazgo le enorgullece, al haberse producido en Estados Unidos, "donde están todas las grandes petroleras del mundo, y todo el petróleo y la tecnología nació allí".

Por otro lado, Brufau afirmó que, a día de hoy, el coche eléctrico es una tecnología aún "inmadura" y sus subvenciones "no son sostenibles". Destacó que existe un debate "con un cierto papanatismo" sobre el coche eléctrico y aseguró que cuando llegue, ya que la tecnología es "imparable", tendrá "acomodo" en el negocio de Repsol.

No obstante, el directivo remarcó que se trata de una tecnología "inmadura" actualmente y que cuesta entre "una vez y media o dos" lo que un coche de combustión interna, por lo que "cuidado con el traspaso de renta, ya que no mucha gente se puede comprar un coche que valga una vez y media más que un coche tradicional". A este respecto, apuntó que las subvenciones destinadas al coche eléctrico deben ponerse en relación con las recibidas por un vehículo de combustión interna.

Así, estimó que para cada coche eléctrico el Europa está dispuesta a subvencionar unos 10.000 euros entre lo que deja de pagar el comprador como subvención en la adquisición más lo que no se ingresa por impuestos especiales, mientras que este tipo de vehículos suponen un ahorro de ocho toneladas de CO2 a lo largo de su vida.