Manuel Caballero Ruano, nuevo delegado del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Tenerife, es doctor ingeniero agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid. Ha sido investigador del Centro Regional de Canarias del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA) y, posteriormente, al transferirse las competencias a la Comunidad Autónoma, del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), desde el año 2005 hasta 2015, ocupando el puesto de director científico.

Su especialidad como investigador ha sido el cultivo y la fi-siología de flores y plantas ornamentales, temática sobre la que ha publicado medio centenar de artículos y participado en varios libros.

En 1990 obtuvo el Premio al Mejor Libro Agrario, por su obra "El cultivo industrial de plantas en maceta", así como el Premio al Mejor Trabajo Investigador en Temas Agrarios y el Premio al Mejor Trabajo de Divulgación.

Creador del Palmétum de Santa Cruz de Tenerife, es una de las obras de las que se siente más orgulloso. Un jardín botánico con la colección de palmeras más importante de Europa y una de las diez del mundo, un milagro vegetal construido sobre un vertedero.

¿La agronomía y la agroalimentación pasan en las Islas por momentos de incertidumbre?

Están concurriendo varias circunstancias. Ha habido una crisis en la que todos pensábamos que habría mas tendencia de ir al campo y ha sucedido todo lo contrario, por un problema de cualificación, es decir, ha habido un lapsus, una falta de formación en muchos profesionales de la agricultura, y eso al final se traduce en dificultades para adaptarse a un mundo tan cambiante como es la agricultura de hoy en día.

¿Cuál es el papel de los ingenieros agrónomos en la sociedad?

Nosotros entendemos que los ingenieros agrónomos son los profesionales a los que hay que acudir para intentar modernizar las explotaciones agrarias. Son aquellos que tienen que aportar soluciones para que la agricultura sea un sector cada vez más competitivo. Eso requiere una adaptación continua a la nuevas tecnologías, a la modernización de los métodos de producción, a los requerimientos medioambientales... En definitiva, disponer de un conjunto de herramientas que hagan que la agricultura sea un sector competitivo.

¿Una profesión con gran versatilidad?

Los ingenieros agrónomos nos ocupamos de cosas tan variables como hacer un laboratorio de cultivo "in vitro" o una bodega de vino, una gran explotación de queso o una industria agroalimentaria de carne, grandes planes de regadíos, caminos rurales... Es una profesión en la que se combina el conocimiento de los procesos de producción de la agricultura con la ingeniería de los mismos. Hay que conocer las dos partes, esa es la clave de la profesión.

¿Un reto para esta nueva etapa?

El mayor reto que tenemos en el Colegio es visibilizar la profesión. Muchas veces las empresas del sector agroalimentario no acuden a los ingenieros agrónomos porque quizás desconocen sus habilidades o lo que pueden ofrecer. Por eso es importante hacer llegar al sector, a las empresas o emprendedores, que existen unos técnicos con una serie de conocimientos y capacidades para hacer que su explotación sea viable. La mentalidad del ingeniero es estudiar los problemas y buscar una solución, no es solamente analizar un problema. Estamos formados profesionalmente para aportar siempre una solución que sea viable económicamente, que cumpla con los requisitos, pero que a la vez sea viable. La formación del ingeniero se distingue de otros profesionales, o de otros sectores, en que nosotros tenemos que aportar la visión económica o de rentabilidad.

¿La profesión no está lo suficientemente valorada?

En algunos sectores no, sobre todo por desconocimiento. No hay un conocimiento real de lo que puede hacer el ingeniero agrónomo.

Siempre se habla de intrusismo profesional...

Yo prefiero hablar de mejorar las competencias y habilidades de los agrónomos y hacerlas visibles. En estos momentos, en el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos estamos introduciéndonos en una plataforma de validación o acreditación de las competencias y habilidades de los ingenieros. En el mundo actual, cuando las empresas requieren a profesionales, lo que tiene que haber es un sistema de validación de cuáles son las competencias que acredita. Por ejemplo, el mundo de los drones está en auge y nosotros ya estamos acreditando a ingenieros para que sean capaces de ofrecer servicios con drones en agricultura, en temas de tratamientos fitosanitarios o en identificación de plagas. El Colegio de Ingenieros Agrónomos lo que pretende es apoyar a todos los sistemas de formación completándola en las áreas específicas que se estima que van a tener futuro.

¿En algunas materias la profesión ha contribuido de manera destacada al desarrollo del sector agrario?

Las innovaciones que ha habido en el sector agrario en Canarias en los últimos treinta años, que pueden considerarse significativas, muchas de ellas han tenido detrás a ingenieros agrónomos. Por ejemplo, la técnica del riego por goteo ha sido desarrollada y lo sigue siendo por ingenieros agrónomos. La tecnología de invernaderos, los sistemas de cultivo sin suelo, hasta el proyecto primero de una planta de cultivo "in vitro" también la proyectó un ingeniero agrónomo de aquí. Tenemos una versatilidad para hacer muchas cosas en agronomía.

¿Cuál es su visión sobre una adecuada planificación y gestión del suelo rústico productivo?

Creo que uno de los problemas que ha habido en la gestión de los planes territoriales de Canarias es que se ha contado poco o nada con los ingenieros agrónomos. Eso es un problema que ha repercutido de una forma negativa en la evolución de la competitividad del sector agrario. En los últimos años, en la elaboración de la última Ley del Suelo, se ha consultado al Colegio de Ingenieros Agrónomos y hay compañeros que han aportado su visión y, al menos en el borrador que hemos visto que se ha llevado al Parlamento, muchas de las cosas que hemos planteado, que estaban y están originado muchos problemas a los agricultores, han sido recogidas y tenidas en cuenta. Entiendo que el profesional que tiene que liderar todos los procesos de planificación en el suelo rústico productivo es el ingeniero agrónomo. Eso es un problema grave que ha afectado negativamente al sector agrario en las Islas.