¿Cuántas veces y en cuántos lugares habrá escuchado críticas a lo mucho que cobran los políticos, su alto número en administraciones que se solapan o que se consideran innecesarias (como la cifra de ayuntamientos, las diputaciones...) y la supuesta desproporción (para algunos absoluta) respecto a sus contrapartidas a la sociedad? Si es de este grupo de críticos y vive en Canarias, ¿qué le parecería que el Parlamento regional, ahora con 60 diputados por el Estatuto de 1982 (con un millón menos de habitantes), pase a tener 64, 70, 71, 75 o 76 escaños?

Ante un debate tan encarnizado y con tantas aristas en la era del "no nos representan" (más allá de que Podemos sí esté en la Cámara canaria y muchos de sus fieles respaldaran antes ese lema), conviene recordar que la mayoría de países del norte de Europa cuentan con políticos mucho mejor remunerados que en España. Esto se da justamente para minimizar las tentaciones de corrupción, si bien las exigencia ética también es mucho más elevada en esos otros países y se dimite por copiar una tesis doctoral o conducir sin carné.

Sin embargo, en las Islas y en la comisión de estudio para la reforma electoral que está a punto de cerrarse, ha habido ponentes que han alertado de la reacción social a un incremento de los diputados, aunque han pasado otros que lo conciben como crucial para obtener un sistema más justo, representativo y acorde a los votos de los isleños en su conjunto.

Por supuesto, hay muchas fórmulas de aplicar ese incremento. De respaldarse el de mayor número de escaños planteado hasta ahora (15 o 16, propuesto por Augusto Brito, aunque el sociólogo Miguel Guerra también ha planteado 15, como los 75 del País Vasco o Galicia, con poblaciones similares), el gasto añadido sería de unos dos millones de euros anuales, según los cálculos del exportavoz del PSOE.

A su juicio, una cantidad muy asumible en una región con un presupuesto de más de 7.000 millones si, con ello, se resuelve un problema político de representación que cree innegable y que ya ha pasado a la órbita de los creadores de opinión, tendentes en su mayoría a cambiar el sistema, algo que concibe también como clave.

Aplicando una simple regla de tres, diez diputados más, que es lo que plantea el PSOE (incluso elevándolo a 11 para compensar el incremento de la población de Fuerteventura y para que haya un número impar, con un total de 71), el gasto se situaría en 1,33 millones más. CC también contempla ese aumento de diez asientos, y así lo fija el Estatuto planteado en Madrid, aunque los nacionalistas en las islas no capitalinas lo rechazan. Si el aumento es solo de cuatro diputados, como propuso el pasado lunes el jurista del Cabildo Palmero Juan J. Rodríguez, la cifra sería de unos 500.000 euros.

No obstante, partidos como Podemos (y hasta el PSOE lo contempla) han defendido hasta ahora que esa ampliación del número de representantes vaya acompasada con una reducción del gasto por diputado. Eso saldría de sus sueldos mensuales, de sus dietas o de ambas retribuciones a la vez, de manera que el desembolso global que hacen los contribuyentes siga siendo el mismo.

Aunque ahora se discute que diputados de Tenerife cuenten con dietas al vivir en la Isla sede de la Cámara, y esto se debate en una comisión, la reducción podría solventar ambas discusiones.

Atendiendo al cálculo aproximado de Brito, los 60 diputados actuales cuestan unos 8 millones al año. Sin individualizar cada gasto, ya que los presidentes, vicepresidentes y secretarios de la mesa, así como los presidentes, portavoces primeros o adjuntos de cada grupo tienen unos complementos al mes con los que no cuentan los diputados rasos, esto supone un gasto medio anual por representante de 133.333 euros, también sin diferenciar las dietas según la isla en la que vivan y sus cargos.

Si se pretende que los 15 nuevos diputados no supongan ni un euro de gasto más por contribuyente, la reducción media para los 60 actuales sería de 26.667 euros, quedándose en 106.666 anuales, si bien hay que recalcar las diferencias existentes entre ellos por dietas y funciones. Eso sí, se supone que estos nuevos escaños no implicarían una ampliación de los cargos representativos. ¿Estaria dispuesto a que se abonen 2 millones anuales más para un sistema más justo, prefiere que el gasto siga igual pero haya más diputadoso incluso rechaza esto último porque son 15 políticos mas que, a su juicio, ni le representan ni valen lo que cuesta? La clave reside en que decidirán precisamente los diputados.

Lo que cobran ahora

En la actualidad, los diputados cobran un sueldo común al mes de 3.868 euros, pero los que tienen cargo en la mesa o en los grupos perciben complemento. En el caso de la presidenta de la Cámara, dispone de 2.179 euros más mensuales y dos pagas extra (en junio y diciembre) de 3.023. Los vicepresidentes y secretarios, así como los presidentes y portavoces primeros de los grupos cuentan con 1.019,89 euros más, con dos extras de 2.443, mientras que los portavoces adjuntos, 500 y dos pagas de 1.934. A esto se añaden las discutidas dietas. Los diputados con dedicación exclusiva reciben 90 euros por cita si son portavoces de Tenerife, 130 los de Gran Canaria y 160 el resto. Para los diputados rasos, las cifras respectivas son de 60, 83 y 113. Los presidentes de comisiones cobran 127 euros sean de la isla que sean por su asistencia y el resto, 74, mientras que por en actos, reuniones o visitas fuera se abonan 60, 83 y 113. La presidenta recibe 175 euros; los vicepresidentes, 90, 130 o 160; los secretarios igual y los portavoces de grupo, 180, 260 o 320.