La economía canaria crecerá un 3,5% en 2017 y un 2,8% en 2018, lo que permitirá la creación de 60.000 empleos, pese a lo cual el desempleo seguirá alto, con una tasa del 21,5% a final del próximo año, aún 7,2 puntos porcentuales por encima de la que había diez años antes, a principios de 2008, según las previsiones de BBVA Research.

El crecimiento previsto del PIB canario, cinco décimas más que la media española en 2017 y una décima más en 2018, se sustenta en el buen comportamiento del turismo, la recuperación del sector inmobiliario y el consumo de las familias, pero el paro se mantiene elevado y la temporalidad laboral excesiva, alertó Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, en la presentación de la revista Situación Canarias.

Al crecimiento del 3,5% del PIB en 2016 y 2017 le sucederá una moderación hasta el 2,8% en 2018 por el previsible repunte de los tipos de interés, el aumento de los precios del petróleo y un eventual efecto del Brexit que de momento no ha tenido repercusiones en las islas, explicó.

Además, a lo largo de 2018 ya se irá reduciendo el efecto que produce sobre la economía en los primeros años de recuperación la "demanda embalsada" de las familias, es decir, el consumo aplazado durante la peor parte de la crisis que se libera a medida que crece la confianza.

Otro de los factores que inciden en el crecimiento económico canario es la recuperación de la inversión en el sector inmobiliario, con un mercado de viviendas en el que el 40% de las compras corresponde a residentes en el extranjero.

Lo que no acompaña en el crecimiento económico es la exportación de bienes, pero el impacto no es muy significativo en la economía canaria, precisó Miguel Cardoso.

Subrayó que la clave del avance de la economía canaria está en la exportación de servicios, es decir, en el turismo, que ha crecido un 35% en los últimos cinco años gracias a los visitantes extranjeros.

Gran parte de ese crecimiento turístico se explica por las tensiones geopolíticas mundiales, de modo que puede ser un efecto temporal, si bien a corto plazo no hay indicios de que revierta la situación.

El reto es conseguir fidelizar a esos visitantes, según Miguel Cardoso.

El BBVA calcula que el efecto de los conflictos en países competidores en el crecimiento de las pernoctaciones es elevado en Canarias, aunque dispar entre las dos provincias.

En Las Palmas, casi el 70% del crecimiento de las pernoctaciones desde enero de 2010 a junio de 2015 se explica por esos conflictos, mientras que en Tenerife baja hasta algo más del 30%.

Otros factores geopolíticos como el Brexit aún no ha tenido repercusión en el turismo canario, pero eso no excluye posibles perjuicios por un acuerdo de salida entre el Reino Unido y la UE que tuviera un efecto negativo en la economía británica.

El BBVA calcula que por cada recorte del 1% del PIB en el Reino Unido la economía canaria pierde un 0,4%.

Al crecimiento económico no han contribuido demasiado las cuentas públicas, guiadas por la política de ajustes, ya que la Comunidad Autónoma se ha centrado en reducir el déficit.

Pero por otra parte, el cumplimiento de los criterios de estabilidad y las cuentas saneadas van a permitir más flexibilidad a la Comunidad Autónoma para acompañar la recuperación, estima el BBVA.

La economía canaria se enfrenta a otros riesgos, como la elevada dependencia de los precios del petróleo ante un eventual aumento, el repunte de la inflación, que puede ralentizar la inversión y el empleo, y los cambios en la política monetaria que elevarían los tipos de interés.

Miguel Cardoso consideró muy positiva la especialización de Canarias en el turismo extranjero, y aunque consideró que la diversificación sería deseable, es muy difícil de conseguir.

La diversificación sería un objetivo en un plazo de 10 a 20 años para el que aún "no se han plantado las semillas", dijo.

Respecto a posibles reformas para mejorar la economía, aconsejó al Gobierno de Canarias que dedique más recursos a la formación de desempleados y que impulse la competencia comercial.