En días pasados tuvo lugar el ingreso en prisión de políticos y una técnico condenados por el caso Mamotreto de Santa Cruz de Tenerife (la construcción irregular del edificio de aparcamientos en Las Teresitas). La técnico Loreto Ariz ingresó en la de Tahíche (Lanzarote) el 4 de mayo. Y el exedil de Urbanismo Manuel Parejo lo hizo en la de Tenerife II el jueves pasado. Fuentes del sindicato Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) y de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) aclaran que cada uno de estos centros en diferentes islas tiene sus particulares estructuras y condiciones, pero advierten de que la falta de personal en la cárcel de El Rosario es preocupante y se cifra en torno a 40 empleados públicos. Y para atender esa demanda únicamente se han previsto cinco plazas por el Gobierno en el concurso habilitado a nivel nacional.

Actualmente, la media de funcionarios en los turnos de mañana o tarde oscila entre dos y tres para cada 120 o 150 internos de Tenerife II. Los tres trabajadores de vigilancia interior están asignados a cada módulo, donde hay presos de toda tipología y delitos, incluyendo el área de aislamiento. Desde Acaip indican que en dicha prisión ya ha habido tres agresiones a funcionarios en lo que va de año. La APFP añade que, en caso de que haya tres trabajadores, uno se destina a la cabina de seguridad y los otros controlan el patio y otras dependencias. Esa proporción se reduce cuando llegan los meses de verano debido a las vacaciones.

Una de las carencias expresadas por representantes de Acaip consiste en que en las cárceles de Tenerife II y Salto del Negro (Gran Canaria) no existen instalaciones adecuadas para albergar a los presos más agresivos y conflictivos. Tan solo la más moderna, la de Las Palmas II, posee instalaciones adecuadas para dichos internos.

En el centro penitenciario de El Rosario existen unos 15 presos considerados como muy conflictivos, según Acaip, que aclara que, al no haber dependencias para su adecuada vigilancia, suponen un problema para el resto de internos y funcionarios. A veces, aunque no hay agresiones físicas, sí hay habitualmente coacciones, insultos o amenazas a los trabajadores, mediante frases como: "Ya nos veremos en la calle" o "usted no sabe con quien está hablando". Algunos de internos conflictivos, por su fuerza física o su experiencia carcelaria, extorsionan a otros presos para que les paguen cafés, tabaco o deudas pendientes, con el dinero que las víctimas reciben de sus familiares. Según dicho colectivo, resulta difícil probar cuándo esa aportación es "voluntaria" o "bajo amenazas".

En Salto del Negro, la cifra de internos muy conflictivos ronda los cinco, mientras que en Las Palmas II llega a 15 aproximadamente, según Acaip. En Tenerife II y en Salto del Negro no hay dependencias acondicionadas para aquellos condenados o presos preventivos que sufren enfermedades mentales y, en el caso del recinto de El Rosario, periódicamente acude un psiquiatra.

Ahora, a juicio de Acaip, no existe gran masificación en Tenerife II, donde existen aproximadamente 900 reclusos, de los que tan solo 80 son mujeres.

El sindicato APFP explica que, tanto a nivel nacional como en Canarias, cada vez hay más ingresos de reclusos con problemas de enfermedades psiquiátricas. Portavoces de dicha organización y Acaip manifiestan que, además de la falta de instalaciones adecuadas para estos internos, los funcionarios carecen de la formación apropiada para tratar a esas personas. Cabe recordar que en estos momentos únicamente existen en España dos centros penitenciarios específicos para pacientes psiquiátricos, uno en Sevilla y otro en Alicante (Fontcalent). Sin embargo, dichos colectivos señalan que enfermos con problemas de salud mental serios hay en todas las cárceles, entre ellas las más importantes del Archipiélago, como son las de Las Palmas II, Salto del Negro, Tenerife II y Tahíche (Lanzarote). Los representantes de APFP y Acaip señalan que todo está en orden con dichos internos cuando personal sanitario está presente a determinadas horas para facilitarles el tratamiento que requieren. Pero, en caso contrario, puede haber un problema serio. Hasta ahora, en Tenerife II no se han producido altercados graves, pero los representantes de dichas formaciones aclaran que "la cantidad de personas en dichas circunstancias va a más". Uno de los sindicalistas comenta que, con frecuencia, los conflictos derivan de la ingesta o mezcla de drogas o de drogas con fármacos, sobre todo cuando se les facilita la medicación para un puente o un fin de semana. Por la edad de los internos o las enfermedades que padecen, algunos de estos reclusos están en el área de Enfermería, que, aclaran, tampoco es el lugar idóneo para que pasen su estancia en prisión. Acaip dice que se prevé que en los próximos meses aumenten las conducciones de presos conflictivos desde cárceles canarias a la Península, puesto que se prevé habilitar un vuelo para dicha medida. Aunque en Tenerife II no hay ningún preso de Primer Grado (oficialmente muy peligroso), sí hay internos considerados muy conflictivos, es decir, que pueden provocar incidentes regimentales graves o muy graves por su trayectoria delictiva durante sus procesos de condena.