El cuervo es la principal ave que favorece la diseminación de la emblemática e histórica sabina de la isla de El Hierro, de forma que ingiere sus frutos y los mezcla con los jugos gástricos de su estómago, disolviendo las resinas que contienen y garantizando una nueva generación de sabinas cuando son defecados.

La sabina es un arbusto resinoso de hasta 8 metros, de hoja perenne, longevo, de profundas raíces y que crece incluso en sustratos rocosos. La corteza es pardo grisácea o pardo rojiza en los brotes jóvenes fácilmente desprendibles. Cuando está en zonas ventosas presenta unas formas retorcidas, tocando en la mayor parte de las veces el suelo. Sus frutos son globosos y carnosos de unos 10 milímetros de diámetro, que llevan de 4 a 10 semillas con una cubierta muy dura que hace díficil la germinación.

El árbol deja su huella en el pueblo más occidental que tiene España, Sabinosa, debido a la cercanía del más extenso sabinar de la Isla y posible bosque de sabinas antes de la desforestación producida en la zona durante el siglo XVI para construir los asentamientos de la población.

El Sabinar de la Dehesa es el mayor y más espectacular de Canarias, estando catalogado en la actualidad como Espacio Natural Protegido. Otros sabinares importantes con los que cuenta la Isla son el de El Julan y también el de La Frontera.

La mala fama de los cuervos no ha cambiado mucho desde el pasado. Todavía hoy se les acusa de atacar y matar cabritos, comerse los huevos de las perdices, perseguir a los gazapos, arramblar con la fruta de los árboles, el maíz de los sembrados, la uvas de los viñedos, robar pollos a las gallinas, bocadillos a los excursionistas y hasta ropa y las llaves del coche a los turistas.

Sobre la disminución de los cuervos, César Javier Palacios señala: "Al contrario de lo que piensan algunos, la culpa no la tienen los escopeteros. Quedan tan pocas aves que dispararlas es ya casi imposible en muchas islas donde son más raras que un perro verde. Las principales razones son las habituales a otros carroñeros amenazados: Venenos. Contra ellos y contra perros asilvestrados. O raticidas igual de envenenadores. También el venenoso plomo de los perdigones, que involuntariamente ingerido cuando se alimentan de un conejo o paloma abandonado en el campo por los cazadores. Tendidos eléctricos. Por electrocución o choque. Contra cables eléctricos o contra las aspas de los aerogeneradores. Falta de comida. Por estabulación de la cabaña ganadera o cierre de los vertederos".

Ante esta situación, aún se puede hacer algo para impedir lo que sufre el cuervo, siendo la vía más importante la educación. "Mientras sigamos viéndolo como un animal a eliminar, al final lograremos eliminarlo. Sólo tendrá futuro si logramos verlo como un verdadero aliado del campo, eliminador de animales muertos, controlador de enfermedades, sembrador de bosques, pieza fundamental de los ecosistemas, y también como un importante elemento de la cultura popular", dicen los estudiosos del cuervo y su papel en la sociedad herreña.

Los biólogos destacan que los cuervos son uno de los animales más inteligentes, pueden imitar el habla humana, son muy juguetones, hacen señales para comunicarse como indicar con el pico un objeto a otro pájaro, a pesar de su naturaleza traviesa sienten empatía como cuando un amigo pierde en una pelea acercársele a mostrar afecto, mientras son jóvenes viven y comen juntos en pandillas hasta que se aparean y forman parejas, tienen la capacidad de resolver problemas, son intuitivos y también pueden imitar sonidos.

Las milenarias sabinas son el testigo de la lucha del pueblo herreño contra los elementos. Sus ramas, duras y retorcidas acarician el suelo, castigadas por el eterno alisio que sacude este lugar.

De la sabina cabe añadir que es el emblema de la Isla y forma parte del escudo de El Hierro. Ya los aborígenes de El Hierro empleaban esta madera, muy apreciada, para hacer herramientas, adornos, tablones funerarios, armas; los pobladores que vinieron después, también usaron esta madera de sabina para fabricar los dinteles de las puertas, o las cancelas para impedir el paso al ganado.

Así que el cuervo y la sabina son señas de identidad de la Isla que merecen todos los cuidados para su conservación, pues solo así seguirán formando parte importante del acontecer histórico de El Hierro y siendo un tesoro biológico para el pueblo herreño y quienes visitan la Isla.