Los profesionales de todas las ramas sanitarias de Atención Primaria de las Islas se cuestionaron ayer por qué los responsables de la gestión pública destinan la mayor parte del presupuesto sanitario a la Atención Hospitalaria, un total del 61,4% frente al 14,6% de la Atención Primaria

Lo hicieron durante las I Jornadas de AP Semergen Canarias celebradas Las Palmas de Gran Canaria. Las jornadas que se abrieron ayer con un debate en el que plantearon, a través de preguntas, si la Atención Primaria necesita una nueva hoja de ruta y los grandes retos que afronta el que es el primer nivel asistencial del Sistema Nacional de Salud y la principal puerta de entrada a la sanidad pública.

Así, también reflexionaron sobre las previsiones que hay desde Recursos Humanos para el relevo generacional de los médicos de familia, ya que un 50% de la plantilla se jubilará de aquí a diez años.

También se cuestionaron bajo qué premisas se están evaluando los resultados de salud, si se están teniendo en cuenta los cambios demográficos o si en los planes sanitarios está integrado el incluir la figura del farmacéutico consultor en los centros de salud como nexo entre las distintas profesiones sanitarias que forman la Atención Primaria.

En este debate de profesionales intervinieron Bernardo Macías, actualmente médico de Atención Primaria en el centro de salud de Guía y primer gerente de Atención Primaria en el Servicio Canario de la Salud; Luis Miguel Pérez, médico de APD y de Atención Primaria en el Centro de Salud de Arucas; Vicente Olmo, farmacéutico de la Gerencia de Atención Primaria en Gran Canaria; Juan José Suárez, responsable de la Unidad Docente de Enfermería en Atención Familiar y Comunitaria en Gran Canaria; María Esther Benítez, vicepresidenta de la Sociedad Canaria de Pediatría Extrahospitalaria y pediatra del centro de salud de El Doctoral, en Vecindario, y, por último, Dolors Blasi, médico de Atención Primaria del Centro de Salud de Mataró, quien puso la mirada sobre cómo están funcionando otras comunidades autónomas.

Varios de los ponentes coincidieron en que se ha dado más importancia, hasta ahora, a la asistencia sanitaria que al trabajo en formación y prevención de la salud. "Más que curar, tenemos que evitar que la población enferme -subrayaron-; debemos cuestionar en qué medida se está trabajando en la educación del paciente, ya que este debe corresponsabilizarse de forma urgente en el cuidado de su propia salud". También concluyeron que el gasto sanitario es insuficiente y está mal repartido entre los distintos niveles asistenciales, fundamentalmente entre la Atención Hospitalaria y la Atención Primaria.